Soy buena, mala y aquello que no olvidarás nunca.
Tove Ditlevsen
Las personas fuertes crean sus acontecimientos; las débiles sufren lo que les impone el destino.
Alfred de Vigny
Tres cuartas partes de la vida social se gastan en cumplidos, felicitaciones y pésames; cada día nos llegan cartas y tarjetas de visita inútiles que nos obligan a contestaciones más inútiles aún que aquéllas.
Carlo Dossi
Las malas consecuencias de una educación imperfecta, de una indiferencia peligrosa, de inhumanas restricciones; y el rechazo absoluto de cualquier goce, todo procederá de nosotros y nada se detendrá. Se extenderán en todas direcciones. Siempre sucede así, al igual que con la peste.
Charles Dickens
El coraje es miedo que ha rezado sus oraciones.
David Foster Wallace
La distancia es una gran inspiración de admiradores.
Denis Diderot
Todo se mostraba normal, y posiblemente lo fuera, aunque ocurre que, a raíz de un hecho extraordinario, todo lo habitual se vuelve extraordinario e innumerables delitos suelen quedar impunes a causa de un exceso de atención en esos falsos hechos extraordinarios.
Francisco Tario
Pues mi noción de la justicia es ésta: los hombres no son iguales.
Friedrich Nietzsche
También soy muchas veces un idiota, y algunas veces un idiota genial.
Jorge Bucay
El sentir humano es una especie de caleidoscopio inestable.
José Saramago
El dinero no sirve de sucedáneo de la ternura, y el poder no sirve de sucedáneo de la ternura. Te puedo asegurar, como que estoy aquí sentado muriéndome, que cuando más lo necesitas, ni el dinero ni el poder te darán el sentimiento que buscas, por mucho que tengas de las dos cosas.
Mitch Albom
Si has de hablar mal de alguien, no lo hagas, pero escríbelo: escríbelo en la arena, ¡cerca de la orilla del mar!
Napoleon Hill
Todo está embrujado y todos morirán.
Pappo
Disfruta la vida, es más tarde de lo que crees.
Proverbio Chino
Filmación. Angustia de no dejar escapar nada de lo que sólo entreveo, de lo que tal vez aún no veo y que no podré ver sino más tarde.
Robert Bresson
Otro creería que la nave, al cortar con la proa la ola altanera, se va a precipitar en tan terrible viaje a los abismos. Pero allá dentro, invisible entre los mástiles, hay un marinero que sabe dirigir la nave.
Søren Kierkegaard