Así pasa la gloria del mundo.
Tomás de Kempis
No lo tomes personal. Solo quieren averiguar si eres una zorra cazafortunas. Como mi esposa.
Adam Brody
He sido acusado de todas las muertes, excepto de la lista de víctimas de la II Guerra Mundial.
Al Capone
Cuatro principios a tener en cuenta: Lo contrario es también frecuente. No basta mover para renovar. No basta renovar para mejorar. No hay nada que sea absolutamente empeorable.
Antonio Machado
El presidente Nixon entiende algo de China. Puede ordenarcomida china sin pedir la carta.
Bob Hope
El amor no lo podía todo. El amor no siempre aguantaba. Podían quitarte todo lo que tuvieras hasta que sólo te quedara el amor, pero luego éste también desaparecía.
Cassandra Clare
Si a la bella se suma la discreta, y nuestra vista bebe su dulzura colmando el corazón de ansia secreta, del amor al asedio que perdura pidiendo estadio la beldad nos reta como bravo adalid en su armadura.
Dante Alighieri
Estoy pletórica y sin aliento. Parezco una cría, no una mujer adulta que puede votar y beber alcohol en el estado de Washington.
E. L. James
La mente no tiene sexo.
George Sand
Todo parece cambiar cuando tú cambias.
Henri-Frédéric Amiel
Y si ves con mis ojos y si tanto entendés, cómo no viste en ellos, cómo cómo no viste, no miraste, un pequeño animal que pedía aire, que ardía, se asfixiaba, se moría.
Idea Vilariño
La fascinación va un paso más allá del interés. El interesado quiere saber si algo funciona o no. El fascinado quiere aprender cómo es que funciona. Aprenda a convertir la frustración en fascinación. Aprenderá más fascinándose con la vida que frustrándose con ella.
Jim Rohn
La poesía surge de la necesidad, es tu subconsciente. Es imposible hacer un poema con voluntad. en el momento de escribir hay que olvidar todo lo que conoces, y el lector también tiene que olvidarlo todo para dejar que lo que lee le afecte.
José Corredor Matheos
No te quejes de sufrir, que así aprendes a socorrer.
Lao-Tse
Es un eructo con apuro, en vez de salir por la boca, sale por el culo.
Moria Casán
Lo que denominamos el mal es la inestabilidad inherente a la humanidad entera que lleva al hombre fuera de sí, más allá de sí, hacia un algo insondable, exactamente igual que si la Naturaleza hubiese infundido en nuestra alma una irremediable porción de inestabilidad, procedente de sus restos de antiguo caos.
Stefan Zweig