Nada se clava más hondo que la pérdida de dinero.
Tito Livio
El ímpetu del corazón, engaño encantador, nos hace sufrir muy pronto.
Aleksandr Pushkin
Nada puede prevalecer contra la evidencia de los hechos.
Allan Kardec
El señor (Jorge Enrique) Botero y el señor (Hollman) Morris se escudan en su condición de periodistas para ser permisivos cómplices del terrorismo.
Álvaro Uribe Vélez
¡Nuestro deber oscuro es cantar a la paz, a la armonía, al fraternal abrazo de comunión de sueños de los hombres!
César Brañas
La autoridad no se entiende sin prestigio, ni el prestigio sin el distanciamiento.
Charles de Gaulle
La guerra y el gobierno prueban que la locura es la más contagiosa de las enfermedades.
Edward Abbey
El surrealismo no es la sorpresa mágica de encontrar un león en el armario donde quería tomar una camisa.
Frida Kahlo
Un caballero ofendido por un comentario de Groucho: ¡Señor! ¡Esta dama es mi esposa! ¡Debería usted avergonzarse!. Groucho: Si esta dama es su esposa, es usted el que debería avergonzarse!
Groucho Marx
¡Qué barbaridá, cómo los hace laburar el Profe! Hace cansar hasta a los conitos...
Héctor Veira
No estamos obligados a juzgar según la Ley, aunque la ley nos muestra bien el pecado.
Miguel Servet
La falsificación de moneda, por tanto, es inflacionaria, tiene un efecto de distribución, distorsiona el sistema económico y equivale a un sigiloso y malicioso robo y a la expropiación a todos los legítimos propietarios de la sociedad.
Murray Rothbard
La mentira, la brutalidad, etc, no son repugnantes porque lo digan los códigos de moralidad, lo son porque sublevan los sentimientos de igualdad de aquel para quien la igualdad no es una vana palabra: sublevan sobre todo a quien es realmente anarquista en su manera de pensar y obrar.
Piotr Kropotkin
Creo, como los antiguos griegos, que la verdad debe triunfar por su propia fuerza.
Roger Peyrefitte
Todo es muy difícil antes de ser sencillo.
Thomas Fuller
El ordenador e Internet han restablecido la primacía de lo escrito: el hombre-Internet es un hombre gutenbergiano.
Umberto Eco