La sátira es desagradable a aquellos que la merecen.
Thomas Shadwell
Que es afecto muy distinto el quererse con deseo o el amarse con cariño.
Agustín Moreto
El dinero falso lo hacen los hombres; pero en muchas casos, el dinero, falso o no, hace hombres falsos.
Ben Jonson
Ciertamente no soy una autoridad en el amor, porque no hay autoridades sobre el amor, sólo aquellos que han tenido suerte con él y los que no lo han tenido.
Bill Cosby
Dominar el mundo emocional es especialmente difícil porque estas habilidades deben ejercitarse en aquellos momentos en que las personas se encuentran en peores condiciones para asimilar información y aprender hábitos de respuesta nuevos, es decir, cuando tienen problemas.
Daniel Goleman
Las evidencias reconocidas no son tales necesariamente; sólo la mente no conforme discierne que las evidencias recibidas son ilusorias, y percibe evidencias respecto de las que la mayoría son ciegos.
Edgar Morin
"Casi" no significa nada.
Gayle Forman
Ten cuidado con las personas que te dicen lo honestas que son.
H. Jackson Brown
Me va alumbrando la luz de los que no respiran.
Indio Solari
La estructura de los animales, aun habiendo sido destinada a tantos otros fines, es una máquina más perfecta que la mejor máquina de vapor artificial - es decir, es capaz de trabajar más con el mismo gasto de combustible.
James Prescott Joule
Con esto de ser europeos los idiomas van a ser indispensables hasta para quedarse solter@
Jesús Campos
Mi verso al valiente agrada: mi verso breve y sincero, es del vigor del acero con que se funde la espada.
José Martí
La conquista de la tierra en su mayor parte no consiste más que en arrebatársela a aquellos que tienen una piel distinta o la nariz ligeramente más achatada que nosotros.
Joseph Conrad
Ten el coraje de actuar en lugar de reaccionar.
Oliver Wendell Holmes
Al comer retoños de bambú, recuerda al hombre que los plantó.
Proverbio Chino
Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta.
Teresa de Jesús