Los hipócritas, como las manecillas de las encrucijadas, señalan el camino que ellos no siguen.
Thomas Moore
¡Qué bien vivimos!... Si es que a esto se le puede llamar vida...
Andrés Rábago García
Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas.
Bertrand Russell
Hay manos que triunfan al quedarse vacías y otras como puños que no conservan nada.
Ernestina de Champourcín
El tiempo es la medida de los negocios, como el dinero lo es de las mercancías.
Francis Bacon
Entra en mi vida, es un paraíso hecho por el hombre, el paraíso.
Freddie Mercury
La desigualdad no es hoy una consecuencia. Más bien es el motor económico de esta nueva fase del capitalismo. Tras el hundimiento de la economía financiera, la acumulación capitalista se produce ahora mediante transferencia vertical de riqueza: desde abajo hacia arriba.
Ignacio Escolar
Mi musica no se va a despertar mañana a la mañana y me va a decir que no me ama.
Lady Gaga
No hay alegría más alegre que el prólogo de la alegría.
Mario Benedetti
América. ¿Estabas allí mi América? Gorda divina. Americano soy del sur, brioso y puro.
Miguel Abuelo
¿Quién quiere andar por la tierra pudiendo volar y volar? Así escalar cualquier montaña, atravesar cualquier mar, amar es encontrar el paraíso en el que todo ser humano siempre quiso entrar.
Nach
Los ingleses tienen tantos deportes porque cuando otro país lo derrota, inventan uno nuevo.
Peter Ustinov
¿Qué le ha pasado a mi ropa? -preguntó-. Estoy seguro de que la dejé bien colgada en el suelo.
Terry Pratchett
Los seres humanos de los países desarrollados hemos renunciado a la poesía del dolor.
Toni García Arias
Antes de invertir tus ahorros asegúrate de tener el fondo de emergencia, ya que sin él cualquier inversión que hagas sufrirá mucho más riesgo.
Vicente Hernández Reche
Y de nuevo volvió a sentir que la vida volvía a tener suficiente fuerza para arrastrarla y hacerle reemprender sus tareas, de la misma manera que el marinero ve, no sin cierto tedio, cómo el viento vuelve a henchir su vela pero no siente el deseo de irse otra vez, y piensa que si el barco se hundiera, bajaría con él girando y girando hasta encontrar descanso en el fondo del mar.
Virginia Woolf