Siempre he dicho, y siempre diré que la lectura cuidadosa y diligente del Libro Sagrado produce mejores ciudadanos. La Biblia produce las mejores personas del mundo.
Thomas Jefferson
Un partido para recordar, para celebrarlo. Tras anotar el gol que le dió la victoria a España en la Copa del Mundo Sudafrica 2010
Andrés Iniesta
La conversación más agradable es aquella de la que no se recuerda nada con precisión, pero deja una impresión general agradable.
Ben Jonson
Comencé a escribir para vivir y ahora escribo para no morir.
Carlos Fuentes
Cuando se cuenta la historia a los jóvenes -tienen un nombre, se los denomina los guardianes de la memoria- primero se expone entre nosotros, y uno dirá No, no fue así, y otro Sí, así fue, y en el momento en que todo el mundo está de acuerdo podemos estar seguros de que la historia no contiene ninguna falsedad.
Doris Lessing
El deseo y la felicidad no pueden vivir juntos.
Epicteto
Demasiado tiempo me debatí en la añoranza, con la mirada clavada en la lejanía, demasiado tiempo permanecí en la soledad, así que ya no se callar.
Friedrich Nietzsche
Y ahora Harry, adentrémonos en la noche y prosigamos esta peligrosa e indeseable aventura.
J. K. Rowling
La función intelectual de las dificultades es la de conducir a hombres y mujeres a pensar.
John Dewey
En esta vida lo más importante no es caerse, sino levantarse con más fuerza.
Juan José Ibarretxe
La niebla rojiza que flotaba sobre el suelo era un reflejo del neón del barrio de placer. Una gota de lluvia humedeció la mejilla de Bird: el césped olía tan bien porque estaba a punto de llover.
Kenzaburo Oe
De sitio mejorada, atenta mira en la disposición robusta aquello que, si por lo suave no lo admira, es fuerza que lo admire por lo bello.
Luis de Góngora
La inmortalidad es el recuerdo que uno deja.
Marlene Dietrich
No es la blancura de los cabellos la que comunica prudencia.
Menandro
Cuando encuentres una cosa importante en la vida, no quiere decir que tengas que renunciar a todas las otras.
Paulo Coelho
Nadie yerra solo para sí, sino que esparce su aberración sobre los que lo rodean y él a su vez de ellos la recibe.
Séneca