Quien recibe una idea de mí, recibe instrucción sin disminuir la mía; igual que quien enciende su vela con la mía, recibe luz sin que yo quede a oscuras. Las invenciones no pueden, por naturaleza, ser objeto de propiedad.
Si acaso no he conseguido el amor y la fortuna, es porque nunca he podido llegar a la hora oportuna.