La naturaleza no admite engaños.
Thomas Carlyle
Despacio, como se mira un buen cuadro, como se abraza al diablo.
Amaia Montero
La mujer primera es matrimonio; la segunda, compañía; la tercera, bellaquería.
Anónimo
¿Por qué no comienzas a bajar las luces y mostrarme lo que puedes hacer?
Barry White
Añade a ello que el todo es más bien un ente de razón y no se diferencia del universal sino en que el universal está hecho de varios indivisibles no unidos, mientras que el todo lo está de varios indivisibles unidos.
Baruch Spinoza
Si tuviese mi mano cerrada llena de verdades, me guardaría muy bien de abrirla.
Bernard Le Bovier de Fontenelle
Dondequiera que Dios erige una iglesia, el demonio levanta siempre una capilla; y verá quien bien lo mire, que esta última reúne mayor número de asistentes.
Daniel Defoe
No hay nada mejor que el olor a tierra limpia, con excepción del fresco olor que despiden las pequeñas plantas luego de una lluvia. Cuando llueve, muchas veces salgo al páramo y me tiendo bajo los matorrales a escuchar como caen las gotas de lluvia sobre el brezo.
Frances Hodgson Burnett
Estabamos conjugando como locos el verbo amar.
Henry Miller
Las ideas pueden cambiar tu vida. Algunas veces lo único que necesitas para abrir la puerta es sólo una buena idea más.
Jim Rohn
Cuando el proletariado está unificado, las capas de la población trabajadora se sienten atraídas por la sensación de fuerza y de firmeza que da en su lucha.
José Díaz Ramos
Ni el infierno... Ni el fuego y el dolor son eternos.
León Felipe
Ejercer el poder corrompe, someterse al poder degrada.
Mijaíl Bakunin
Las mujeres consideran el matrimonio como una comedia que empieza con la boda; los hombres, como una tragedia que termina con la muerte.
Moritz Gottlieb Saphir
Yo mismo había protagonizado algunas barrabasadas, pero si me preguntaban si lo había hecho yo, siempre decía la verdad, nunca intentaba eludir mi responsabilidad. Si había sido yo, había sido yo, no había nada más que discutir.
Natsume Sōseki
Sin armas, reglas son reglasverdad, si no las seguimos somos salvajes.
William Fichtner