Puedes ser joven sin dinero pero no puedes ser viejo sin él.
Tennessee Williams
Medir las palabras no es necesariamente endulzar su expresión, sino haber previsto y aceptado las consecuencias de ellas.
Abraham Lincoln
Es fácil creer que se debe modificar el propio modo de vida. La dificultad consistirá en actuar conforme a la creencia.
Aldous Huxley
La justicia es el fin del gobierno.
Alexander Hamilton
Todas las cosas aparecen y desaparecen por la concurrencia de causas y condiciones. Nada existe completamente solo; todo está en relación con todo lo demás.
Buda Gautama
Vale más una tierra con árboles en los montes que un estado con oro en los bancos.
Castelao
Al entrar al escenario siento miedo. Pero algo encuentro o algo me encuentra a mí. Antes de terminar la primera canción ya estoy en otro lado. Del lado de mi público.
Chavela Vargas
Jamás serás vencido si no emprendes combates en que no dependa de ti vencer.
Epicteto
El tiempo vuela a veces como un pájaro, y a veces se arrastra como un caracol. Pero la mayor felicidad del hombre sobreviene cuando no se advierte si su paso es raudo o moroso.
Iván Turguénev
Cuando una nación está en crisis, el FMI toma ventaja y le exprime la última gota de sangre. Prenden fuego, hasta que finalmente la caldera explota. Han condenado pueblos a la muerte. No les preocupa si la gente vive o muere. Las políticas socavan la democracia - es un poco como la Edad Media o las Guerras del Opio.
Joseph Stiglitz
Los periodistas deben criticar, pero no azotar a nadie.
Luis Herrero
A fin de cuentas, un héroe es alguien que quisiera discutir con los dioses, y así debilita a los demonios para combatir su visión.
Norman Mailer
Lo que en algunos se llama libertad, en otros se conoce como libertinaje.
Quintiliano
Pobre Pinochet, debe estar preso.
Salvador Allende
Quisiera que todos los cursos de literatura yaciesen en el fondo del océano.
Stendhal
De todo lo expuesto debemos sacar la consecuencia de que hay dos razas de hombres en el mundo y nada más que dos: la raza de los hombres decentes y la raza de los indecentes.
Viktor Frankl