La carga es igual a la fuerza del caballo.
Talmud
El mundo de la televisión imposibilita que los individuos participen en lo que debería ser una conversación nacional.
Al Gore
El humanitarismo consiste en no sacrificar jamás un ser humano a un objetivo.
Albert Schweitzer
Sin esa tonta vanidad que es el mostrarnos y que es de todos y de todo, no veríamos nada y no existiría nada.
Antonio Porchia
Los muros no detienen pero sí hieren.
Diana Uribe
En general cuanto más sepamos de alguien, mejores respuestas podemos ofrecerle.
Eric Schmidt
La poesía debe estar tan bien escrita como la prosa.
Ezra Pound
Una imagen tiene un valor en sí mismo, como una partitura musical, como un poema.
Fernand Léger
Dale valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
Gabriel García Márquez
Por lo que a mí respecta, como me gusta considerame siempre la causa principal del bien o del mal que me acontece, siempre me he visto con satisfacción en la situación de ser mi propio alumno y en el deber de ser mi propio receptor.
Giacomo Casanova
Unos cuerpos son como flores, otros como puñales, otros como cintas de agua; pero todos, temprano o tarde, serán quemaduras que en otro cuerpo se agranden, convirtiendo por virtud del fuego a una piedra en un hombre.
Luis Cernuda
No aterra como enemigo; acomete al adversario, le envuelve y le estrecha, pero no le desarma ni le vence; abraza con descomunales brazos de gigante, y aprieta con fuerzas de pigmeo.
Manuel González Prada
Todas las cosas están regidas por las leyes de la naturaleza.
Marcus Manilius
En todas las cosas, naturales y humanas, el origen es lo más excelso.
Platón
Es una persona excelente y un jugador extraordinario. Mete goles con facilidad, aunque también dependes un poco del factor suerte, ya que veces puedes jugar un gran partido y luego no marcas. Pero de todas maneras, a pesar de haber jugado en posiciones más atrasadas, siempre ha destacado por su faceta goleadora. Tiene mucho futuro y, a pesar, de su juventud, tiene una gran experienca.
Raúl González Blanco
Jamás la ira fue buen guardián de sí misma.
William Shakespeare