Mi madre me dijo todo lo contrario. Naciste con poco cuerpo, así que usa tu cerebro.
Talia Shire
Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy. Peregrina de mí, he ido hacia la que duerme en un país al viento.
Alejandra Pizarnik
Cuando cerramos los ojos a lo que somos, los problemas se perpetúan, ya que no avanzamos y repetimos una y otra vez los mismos errores. El ejercicio de tomar conciencia de nuestros pensamientos y de nuestros actos, midiendo sus consecuencias, pone las soluciones en nuestra mano.
Enrique Rojas
¿Cómo es posible un error en matemáticas?
Henri Poincaré
La mujer que yo quiero no necesita bañarse cada noche en agua bendita.
Joan Manuel Serrat
Estos días que derrochamos apresuradamente, en la preocupación de la adolescencia y en el feliz tedio de la infancia, tienen realmente un final; el cielo se cierra como el obturador de una enorme cámara fotográfica.
John Updike
No hay mudo que no hable a señas ni sordo sin entender, la fruta esconde al gusano y te lo muestra al morder.
José Larralde
Hoy haces el papel de Hamlet, y mañana el de figurante, pero aún en calidad tal, debes ser artista.
Konstantin Stanislavski
Pero es una ley que quien tiene miedo de una ruptura con los social patriotas se convertirá inevitablemente en su agente.
León Trotski
Ninguna de las cosas que valen la pena en esta vida son fáciles.
Nicholas Sparks
El fin de la existencia del hombre no es otro que llegar a un alto grado de organización.
Oscar Wilde
Minutos que disfrutan morir, minutos que no tienen lugar, minutos que se estrellan en mi son kamikazes de Dios.
Ricardo Arjona
Divorcio. De la expresión latina que significa: arrancarle los genitales a un hombre, junto con su cartera.
Robin Williams
La desesperación es una quimera, esto es lo que la hace tan parecida a la esperanza.
Sándor Petöfi
No te ofendas conmigo, lenguaje, por tomar en préstamo palabras patéticas y esforzarme luego para que parezcan ligeras.
Wislawa Szymborska
Quisiera decir algunas palabras acerca del miedo. Es el único y auténtico adversario de la vida. Sólo el miedo puede vencer a la vida. Es un contendiente traicionero y perspicaz, y bien que lo sé. Carece de decoro, no respeta ninguna ley, ningún principio. Te ataca el punto más débil, que siempre reconoce con una facilidad infalible. Empieza con la mente, siempre. Estás tranquilo, sereno y feliz y al poco rato el miedo, ataviado con la vestimenta de duda afable, se te cuela en la mente como un espía.
Yann Martel