Mi obsesión es siempre adelantar al piloto que llevo delante. Así he corrido siempre y lo seguiré haciendo.
Takuma Sato
No hay dolor tan áspero a que el tiempo no quite su acerbidad o, más aún, no llegue a anularlo.
Annibale Caro
El sentido de la muerte de Cristo es que Cristo tomó los pecados del mundo, de forma que lo que soltamos no vuelva a nosotros rebotando, y que nuestra naturaleza pecadora no coseche la muerte obvia. No son nuestras buenas obras lo que nos abre las puertas del cielo.
Bono
Mi tenaz y errante espíritu no me permitía permanecer en casa mucho tiempo.
Buffalo Bill
Se trata, precisamente, de que el individuo se sienta más pleno, con mucha más riqueza interior y con mucha más responsabilidad.
Che Guevara
Y como si el niño hubiera descubierto aquel ríao, como si huiera descubierto el mundo entero, ella le dijo que dibujara un mapa nuevo, un mapa del mundo que fuera suyo. Su mapa personal.
Chuck Palahniuk
Llevamos siempre una máscara cada vez diferente, que cambia en cada papel que nos asigna la vida, la del profesor, del amante, del intelectual, del mundo engañado, del héroe, del hermano afectuoso.
Ernesto Sabato
Nadie es feliz durante toda su vida.
Eurípides
Cuando uno está muerto, todos los días son domingo.
Jean Dolent
Declararlo. Justo la misma manera que se declara la guerra. Así es como vamos a tener paz... sólo tenemos que declararlo.
John Lennon
Sangre debo llorar, llorar mis ojos, al pensar de mi padre en la existencia.
José Eusebio Caro
Y aquí tienes siete dagas, forjadas con vapor y magia, para ti y tus guerreros. Las espadas de gran tamaño no tendrán utilidad en las cuevas de los truenos. Llevad estas armas con valor y se cumplirán vuestros deseos.
Michael Crichton
Hay gente que tiene sonrisas perpetuas, falsas, cosidas, de hilo, como las de los peluches. Sonrisas de peluche.
Miguel Campion
La salvación de muchos depende de la oración de pocos.
Pío XII
No seas codicioso, no pugnes por estar en primera fila, haz gala de moderación y humildad, si no, te alcanzará la fustigadora mano del Destino, que corta las cabezas de los engreídos.
Ryszard Kapuściński
-Profesor de Yogi: ¿Es que usted no sabe nada, Berra? -Yogi: Ni siquiera sospecho nada, señor.
Yogi Berra