Estoy nerviosa esta noche. Muy nerviosa. Quédate conmigo. Háblame. ¿Por qué nunca hablas? Habla. ¿En qué piensas? ¿Qué piensas? ¿Qué? Nunca sé en qué piensas: Piensas.
T. S. Eliot
Mi persona está herida mi primera persona del singular.
Alejandra Pizarnik
La desdicha produce dos efectos: a menudo extingue todo afecto hacia los desdichados, y no menos a menudo extingue entre los desdichados todo afecto hacia los otros.
Antonio Gramsci
Hay virtudes tan espaciosas, por lo sublimes, que desbordan los límites de la furiosa envidia.
Claudiano
Cuando el pueblo es tan numeroso, ¿qué puede hacerse en su bien? Hacerlo rico y feliz. Y cuando sea rico, ¿Qué más puede hacerse por él? Educarlo.
Confucio
Si notas que no tienes confianza, levanta la cabeza. Si estás rodeado de personas que te imponen, levanta la cabeza. Si quieres sentirte mejor, levanta la cabeza.
David Valois
Gide dice que el infierno de esta vida es tener que elegir entre un centenar de caminos sólo uno, y vivir sin nostalgia de los otros noventa y nueve.
Fernando Sabino
La tristeza, el remordimiento y las lágrimas destruyen las células del cuerpo y envenenan la atmósfera del individuo.
Florence Scovel Shinn
Las personas cambian cuando han sufrido lo suficiente para tener que cambiar.
John C. Maxwell
Un discípulo de Cristo jamás tratará mal a persona alguna; al error le llama error, pero al que está equivocado le debe corregir con afecto: si no, no le podrá ayudar, no le podrá santificar.
Josemaría Escrivá de Balaguer
Quien le da pan a perro ajeno, pierde el pan y pierde al perro.
Juan Domingo Perón
Los que se llaman Filósofos, no menos fanáticos en sostener sus opiniones, que el vulgo sus creencias vanas.
Juan Pablo Forner
Mándanos la razón seguir siempre por el mismo camino, pero no siempre al mismo paso.
Michel de Montaigne
No son nube ni flor los que enamoran, eres tú, corazón, triste o dichoso, ya del dolor y del placer el árbitro, quien seca el mar y hace habitar el polo.
Rosalía de Castro
La política es más peligrosa que la guerra, porque en la guerra sólo se muere una vez.
Winston Churchill
Aquel que te perdona un pecado que no has cometido, se perdona a sí mismo su propio crimen.
Yibrán Jalil Yibrán