Las personas felices y contentas son una bendición para la humanidad. Aportan felicidad a otros.
Swami Sivananda
La mujer que queremos es lo que ella es. Algo de su ser se derrama e impregna el universo entero.
Aldous Huxley
Aquel que en la doctrina es adversario, no es ni debe ser por eso enemigo personal.
Antonio Cánovas del Castillo
El rubor es un ornamento para las jóvenes y una desgracia para las viejas.
Aristóteles
Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de comenzar a decir la verdad.
Bertolt Brecht
En el marco social, sin embargo, el éxito de la humana actividad depende de un cúmulo de realidades concretas mucho mayor de las que ser humano alguno puede conocer. Toda nuestra civilización se basa necesariamente, en consecuencia, en la posibilidad de que el hombre pueda otorgar fiabilidad a muchas realidades que en el sentido cartesiano no cabe plenamente conocer.
Friedrich Hayek
Si quieres ser amado, ama tú.
Gabriel García Márquez
Para mí el mundo es un territorio por descubrir y lo que determina la obra del arquitecto es la manera en que trata de descubrirlo.
Glenn Murcutt
¡Lo que sentía era tan nuevo y tan dulce! Seguía sentado, mirando un poco hacia atrás, sin moverme, y sólo de vez en cuando me reía calladamente, recordando algo, o me estremecía al pensar que estaba enamorado, que lo que sentía era el amor.
Iván Turguénev
Sólo hay una ciencia: la física. Todo lo demás es asistencia social.
James Watson
El que se avergüence de mí y de mis palabras, el Hijo del hombre también se avergonzará de él cuando llegue en la gloria de su Padre con los santos ángeles. (Evangelio según Marcos - Marcos 8:38)
Jesús de Nazaret
Me divierten las gentes que quieren seguir unas reglas, porque en la vida no hay más que lo excepcional.
Jules Renard
No hay sociedades amorales ni personas amorales. Sólo hay sistemas morales diferentes.
Lawrence Lipton
Tú, cuyo silencio arrulla las aves.
Ouka Leele
Siguiendo al río se llega a la mar.
Plauto
Cuando la ciencia estaba en su infancia, la religión trató de estrangularla en su cuna.
Robert G. Ingersoll