Tengo un hermano pequeño. Le gusta jugar a Chernóbil. Construye un refugio, cubre de arena el reactor... O se viste de espantapájaros y corre detrás de la gente y los asusta: ¡O-o-o...! ¡Soy la radiación! O-o... ¡Soy la radiación! Aún no había nacido cuando ocurrió aquello.