Ahora estoy absolutamente envenenada por este mundo. Soy de las que no desconecto ni en verano: me levanto con la radio, me duermo con la radio, si no leo los periódicos me da la sensación de que salgo de casa sin desayunar.. Ahora sí puedo decir que realmente lo mío es muy vocacional.
La especie más temible de los vanidosos es la de los que tienen, en efecto, motivos para su vanidad.