Armageddon fue ayer, hoy tenemos un problema grave.
Stieg Larsson
Ahora puedo decir que el arte es una tontería.
Arthur Rimbaud
Jamás hubo una guerra buena o una paz mala.
Benjamin Franklin
¿Es la luna que canta al darte un beso, o el ruiseñor que estremecido trina al recibir los besos de la luna?
Francisco Villaespesa
La muerte es una vieja historia y, sin embargo, siempre resulta nueva para alguien.
Iván Turguénev
Cada edición es una mentira.
Jean-Luc Godard
Todo es júbilo aquí: la alegre máscara del bailarín inmóvil y el asombro de la muchacha sorprendida al borde del acantilado, mientras el viento sueña con alacranes rubios y alfileres que la niebla diluye.
Jenaro Talens
Jesús no sabe hablar sino desde la vida. Para sintonizar con él y captar su experiencia de Dios es necesarioamar la vida y sumergirse en ella, abrirse al mundo y escuchar la creación.
José Antonio Pagola
Ser de Asia en este negocio es algo que tienes que considerar, porque a veces la gente no es tan abierta. Ellos dirán, no puedo verte como a una persona de raza blanca.
Lucy Liu
¿Hasta dónde llegarías para obtener respuestas? ¿Qué estarías dispuesta a hacer?
Michael Fassbender
En Orion lo importante era la misión.
Michael Keaton
El antisemitismo es una enfermedad intelectual, una enfermedad de la mente, muy infecciosa y masivamente destructiva.
Paul Johnson
¿Quién ha tenido jamás valor para decirse la verdad? ¿Quién no se ha adulado a sí mismo cuando los demás le han alabado? Miramos con demasiada afición todo cuanto nos rodea y el favor que nos hacemos impide que nos juzgue¬mos con rectitud.
Séneca
El arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si está cerca del enemigo, ha de hacerle creer que está lejos; si está lejos, aparentar que se está cerca. Poner cebos para atraer al enemigo.
Sun Tzu
Una serpiente se alberga en el hombre: su intestino. Ella lo tienta, lo traiciona y lo castiga.
Victor Hugo
Actúa como si todo dependiera de ti y ora como si todo dependiera de Dios.
Viktor Frankl