Tengo la colección de conchas más grande del mundo. La guardo en todas las playas del mundo.
Steven Wright
Un buen carácter favorece en el más alto grado que una cosa sea creída.
Aristóteles
En una noche, vamos a llegar a un público más grande que Titanic hubo en meses.
Billy Zane
Nuestra vida es demasiado corta para sondear abismos tan profundos.
David Hume
Enseñale a tu hijo a mentir y le enseñaras a vivir. Pues la mayoría de la vida es una gran maraña de mentiras.
H.L. Weniger
Poco antes de aparecer el juez, mi abuelo me cogió de un brazo, me llevó aparte y repitió las mismas palabras que veinte años antes le dijo a mi madre: Todavía es tiempo de arrepentirse, no se case por favor, piénselo mejor. Hágame una señal y yo me encargo de deshacer esta pelotera de gente ¿qué le parece?
Isabel Allende
Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, Ciegos que ven, Ciegos que, viendo, no ven.
José Saramago
Me hundí en el asiento, con una sensación de plenitud y satisfacción, mientras bebía la cerveza a pequeños sorbos; oía cómo me bajaba la cerveza por el cuerpo: sssst-sssst. Había olvidado que podían existir sonidos y sabores agradables como el sonido y el sabor de una cerveza al tragarla.
Ken Kesey
Ondulando serpenteando la brisa viene a mí.
Kobayashi Issa
Ojalá yo pudiera entender mi padre.
Michael Jackson
El alma es una materia luminosa que quema sin consumir; nuestro cuerpo es el fanal.
Petrus Jacobus Joubert
No hay nada como un reto para sacar lo mejor de un hombre.
Sean Connery
Causa es de obrar mal el haber obrado.
Séneca
Liberar al mundo de toda clase de charlatanes es realmente obra muy digna de ser realizada. Son los tales la plaga única del mundo, y sin ellos dejaría de ser un mundo diabólico, miserable y maldito, comenzando a convertirse en un mundo divino, estancia de un bienestar siempre creciente.
Thomas Carlyle
Una mente abierta puede cambiar el mundo.
V De Vendetta
Aquellos días la iniciativa, alma de la guerra, estaba abanderada por los alemanes. Avanzaban y avanzaban sin cesar hacia delante, y toda la furia de los contraataques soviéticos no lograba detener su movimiento lento, pero aborreciblemente decidido.
Vasili Grossman