Estoy aquí gracias a un chico de 20 que hace algunos años tuvo un accidente de coche y falleció, pero fue generoso. Espero que todos sean igual de generosos.
Steve Jobs
La más bonita sin duda eres tú
Amaia Montero
Lo peor es la autocomplacencia. En esta compañía nunca nos hemos confiado. Yo nunca me quedaba contento con lo que hacía y siempre he tratado de inculcar esto mismo a todos los que me rodean.
Amancio Ortega
El don de disfrutar no es algo que se encuentra, sino que se lleva dentro.
Bernardo Stamateas
Mi facultad de decepción sobrepasa el entendimiento. Ella es quien me hace comprender a Buda, pero también es ella quien me impide seguirlo.
Emil Cioran
Por un recuerdo que me sigue siempre, por un pasado que borrar no puedo, es esta pena cruel, es este gran amor, que nunca, nunca, deja ya de florecer.
Enrique Cadícamo
Alma de bandoneón -alma que arrastro en mí- voz de desdicha y de amor, te buscaré al morir, te llamaré en mi adiós, para pedirte perdón, y al apretarte en mis brazos, darte en pedazos mi corazón.
Enrique Santos Discépolo
Me quieres, pero aún no lo sabes.
Ernest Hemingway
La telepantalla seguía vertiendo estadísticas increíbles. En comparación con el año pasado había más comida, más ropa, más casas, más muebles, mas utensilios de cocina, más combustible, más barcos, más helicópteros, más libros y más recién nacidos... más de todo, excepto enfermedad, delitos y locura.
George Orwell
¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito pero engullen el camello!
Jesús de Nazaret
Los trabajos fuera de su hacienda les hacen descuidar ésta, con lo que la llevan definitivamente a la ruina.
Lenin
Los hombres llegan a ser viejos, pero nunca llegan a ser buenos.
Oscar Wilde
Sería magnífico, yo creo, ayudar a hacer de México un lugar feliz.
Pancho Villa
La política necesita a gente que no necesite a la política.
Paul Carvel
Dios escondió las cosas más importantes de los sabios, porque no son capaces de entender lo simple, y decidió revelárselas a los simples de corazón.
Paulo Coelho
Pocos hombres son llamados para gobernar ciudades o imperios; pero cada cual está obligado a gobernar sabia y prudentemente su familia y su casa.
Plutarco