El sufrimiento y la insatisfacción se originan en la forma en que tu mente responde y reacciona a las circunstancias de la vida, no en los mismos hechos de la vida.
Stephan Bodian
Nunca te olvides de mí, porque si yo pensaba que lo haría, nunca me dejaría.
Alan Alexander Milne
Nunca ofendas a un amigo, ni siquiera en broma.
Cicerón
Escribir es como besar, pero sin labios. Escribir es besar con la mente.
Daniel Glattauer
Uno de los rasgos de mi carácter es la tozudez, hasta tal punto que de niña mi tía me llamaba catir, que significa asno en rumano.
Elsa Pataky
El republicanismo es la idea profunda de libertad, de que un individuo no esté sometido a la voluntad de otros, de democracia participativa. Me parece una veta importante para la izquierda, aunque también el republicanismo ha tenido una vertiente elitista.
Félix Ovejero
La inmensidad de las nubes es celebración, no fugacidad.
Francisco Garzón Céspedes
Durante la guerra, un Estado no debe admitir que las hostilidades revistan tal carácter que hagan imposible la confianza recíproca en una paz posterior.
Immanuel Kant
Todo es júbilo aquí: la alegre máscara del bailarín inmóvil y el asombro de la muchacha sorprendida al borde del acantilado, mientras el viento sueña con alacranes rubios y alfileres que la niebla diluye.
Jenaro Talens
No consulte a su temor, sino a sus esperanzas y sueños. No piense acerca de sus frustraciones, sino sobre su potencial.
Juan XXIII
Si dos hombres están de acuerdo en todo, puedes estar seguro de que uno de ellos está elaborando las ideas.
Lyndon B. Johnson
Hay que escuchar a la cabeza, pero dejar hablar al corazón.
Marguerite Yourcenar
Sólo a base de trabajar duro puede descubrirse algo.
Richard Feynman
Los vencidos no tienen amigos.
Robert Southey
El espíritu egoísta del comercio no reconoce patria ni siente ninguna pasión o principio salvo el de lucro.
Thomas Jefferson
El ideal de producir el paraíso terrenal puede parecer magnífico, porque se desea que todo sea perfecto y todos vivan en la felicidad, pero en realidad es un ideal mortal. Lo aprendimos a la fuerza. Comprendimos que el ideal democrático, que es mucho menos excitante que la perfección del paraíso, es digno de respeto y hay que defenderlo.
Tzvetan Todorov