¿Qué humor puede ser más raro que el que, falto de consejo, él mismo empaña el espejo, y siente que no esté claro?
Sor Juana Inés de la Cruz
Un día dejé caer una lágrima en el océano. El día que la encuentre será el día que deje de quererte.
Anónimo
Me olvido muy rápido y quiero grabar lo que simplemente impresiona.
Christa Wolf
El valiente descansa.
Doménico Cieri Estrada
En la antigua Roma esta minoría la componían los patricios; en la sociedad feudal, los diferentes estamentos de la nobleza laica, militar y religiosa; en el mundo capitalista actual, la clase burguesa.
Felipe González
Debemos poner en práctica las enseñanzas de Buda, el Dharma, porque nada puede lograrse con solo leer palabras. Un hombre enfermo nunca podrá curarse si se limita a leer instrucciones médicas.
Gueshe Kelsang Gyatso
¿No tenían otra cosa qué decirse? Sus ojos, sin embargo, estaban llenos de una conversación más seria; y, mientras se esforzaban en encontrar frases banales, se sentían invadidos por una misma languidez; era como un murmullo del alma, profundo, continuo, que dominaba el de las voces.
Gustave Flaubert
El amor puede reconstruir el mundo. El amor lo puede todo.
Haruki Murakami
En Hollywood la sobriedad es el enemigo público número uno.
Hedda Hooper
El mayor fiscal de mis obras soy yo.
Luis de Góngora
Con mucha sabiduría, en el siglo XIX los políticos se dividían en moderados y exaltados. Entonces estaba claro que el destino de una sociedad dependía del carácter de sus gobernantes. Después de todo, un político, un juez, un obispo o un militar traslada al ejercicio del cargo las mismas pasiones que utiliza para jugar al tute o a la garrafina.
Manuel Vicent
Yo no digo todo, mas pinto todo.
Pablo Picasso
Para mí un político es un retórico a quien no hay que tener en cuenta y el Gobierno que no haga nada es el mejor.
Pío Baroja
No hagas nada que sea vergonzoso, ni en presencia de nadie ni en secreto. Sea tu primera ley... respetarte a ti mismo.
Sócrates
¿Sabes cómo sé que un adicto miente? Porque mueve los labios.
Tim Robbins
Había algo femenino, algo diabólico en el joven que murió. Tenía los ojos de una joven ansiosa por copular con el demonio.
William Hickey