Me gustan las personas cuyo talento reluce en los momentos raros y preciosos, como perfumes antiguos.
Sophie Chauveau
Saber gobernar es saber escoger.
Filippo Pananti
Los hombres más fastidiosos del mundo son los que tienen más energía que capacidades.
Georg Christoph Lichtenberg
Cuando una casa está en llamas, el deber de los vecinos es apagarlo.
Habib Burguiba
La cuestión está en defender la propia vida, en defender la propia verdad y en defenderla con libertad, porque si no, no es propia.
José Luis Sampedro
No conoces aún tus sueños.
José Saramago
Lo que da valor a un placer es usarlo raramente.
Juvenal
Leía lentamente, juntando las sílabas, murmurándolas a media voz como si las paladeara, y al tener dominada la palabra entera la repetía de un viaje. Luego hacía lo mismo con la frase completa, y de esa manera se apropiaba de los sentimientos e ideas plasmados en las páginas.
Luis Sepúlveda
Recordad que a lo largo de la historia, siempre ha habido tiranos y asesinos, y por un tiempo, han parecido invencibles. Pero siempre han acabado cayendo. Siempre.
Mahatma Gandhi
¿Mi secreto? Ser serio, no mentirles, el trabajo.
Néstor Gorosito
La historia es la ciencia de lo que nunca sucede dos veces.
Paul Valéry
El hombre es un animal encerrado en el exterior de su jaula. Se agita fuera de sí
Yo admiraba a Sartre por una gran parte de su obra, pero tenía mis dudas acerca de la perennidad de sus escritos filosóficos en los que invención, creación e imaginación cedían el puesto al discurso más convencional de la cultura universitaria.
Pierre Rey
Ningún mortal es sabio todo el tiempo.
Plinio
Les decimos a todos los que amaban a Muamar el Gadafi y continúan siéndole fieles, y a los millones que se encuentran entre los acosados y reprimidos en el nombre de la democracia, a ellos les decimos que deben confiar en la resistencia libia.
Saif al Islam Gadafi
Yo creo que llegará un tiempo en que sobre las ruinas de la corrupción se levantará la esplendorosa mañana del mundo emancipado, libre de todas las maldades, de todos los monstruosos anacronismos de nuestra época y de nuestras caducas instituciones.
Samuel Fielden