Aprenderas a gobernar, después de aprender a ser gobernado.
Solón
México es la ciudad en donde lo insólito sería que un acto, el que fuera, fracasase por inasistencia. Público es lo que abunda, y en la capital, a falta de cielos límpidos, se tienen, y a raudales, habitantes, espectadores, automovilistas, peatones.
Carlos Monsiváis
La vida de un día no satisface, ese anhelo de vivir; el amor de un instante no puede llenar los deseos de este corazón inquieto.
Emilio Castelar
Es más difícil que una persona rica sea modesta a que una persona modesta sea rica.
Epicteto
Todos sabemos que hay dos tipos de energía: la contagiosa y la absorbente.
Esteban Navarro
Lo siento por las personas que no beben. Cuando despiertan por la mañana, se sienten tan bien como se van a sentir el resto del día.
Frank Sinatra
Basta con contemplar la magnitud de esta tarea para admitir que la generación espontánea de un organismo vivo es imposible.
George Wald
Mordemos algunas masas y observamos sin mucho entusiasmo el tubo de dentífrico que nos han obsequiado; es como si Margarita me adivinara el pensamiento, porque, apenas nos miramos a los ojos, sonreímos.
Isidoro Blaisten
Déjate convencer, duerme esta noche conmigo. Que el amor se encuentra antes si se busca. Mira que casualidad si yo fuera tu hombre y la duda de haberte dado luz no te deja dormir nunca.
Ismael Serrano
El gran arte de la vida es la sensación, sentir que existimos, incluso en el dolor.
Lord Byron
Hasta la sabiduría vende la Universidad.
Luis de Góngora
Tu desconfianza me inquieta y tu silencio me ofende.
Miguel de Unamuno
En toda Latinoamérica, los estadios cumplen esta doble función: en tiempos de paz sirven como terreno de juego, y en tiempos de crisis se convierten en campos de concentración.
Ryszard Kapuściński
¿Y existe el Infierno, o acaso nos forjamos uno propio en la tierra?
Stephen King
En cualquier momento dado la opción de ser feliz está presente; sólo tenemos que elegir ser feliz.
Steve Maraboli
Así como no siempre hay razones para el amor, tampoco las hay para el desamor.
Walter Riso