La interpretación no es para mí. No me gusta que me digan lo que tengo que hacer.
Sofia Coppola
Estar solo es reinar; ser libre es vivir.
Alphonse de Lamartine
Todos los razonamientos pueden dividirse en dos clases, a saber, el razonamiento demostrativo o aquel que concierne a las relaciones de ideas y el razonamiento moral o aquel que se refiere a las cuestiones de hecho y existenciales.
David Hume
Cuando las gaviotas siguen al pesquero es porque piensan que las sardinas serán arrojadas al mar.
Éric Cantona
El genio, agudeza y espíritu de una nación describen lo sus refranes.
Francis Bacon
La vida es en sí misma una especie de enfermedad.
J. G. Ballard
Cuando el producto de la propia mente es el sujeto, la objetividad es una ilusión. Todos creemos que tenemos una mente abierta, pero en realidad nadie la tiene. En tales circunstancias, que alguien haga de abogado del diablo es vital.
John Verdon
Sé hombre, nunca te acobardes.
Juan Bosco
La fototelegrafía permitirá enviar escritos, firmas o ilustraciones y firmar contratos a una distancia de 20.000 kilómetros. Todas las casas estarán conectadas.
Julio Verne
El más ladrón sabe perfectamente que nadie muere de honestidad.
Mario Benedetti
Más quiero ser malo con esperanza de ser bueno, que bueno con el propósito de ser malo.
Miguel de Cervantes
Mucha gente quiere que el gobierno proteja a los consumidores. Un problema mucho más urgente es proteger a los consumidores del gobierno.
Milton Friedman
Con esa sonrisa de hiena follándose a un conejo...
Pepe Rubianes
¿Cómo es el paraíso? -Como Venecia, espero, un lugar lleno de italianas e italianos. Un sitio que se usa y se desgasta y que sabe que nada perdura, ni el paraíso, y que eso al fin y al cabo no importa.
Roberto Bolaño
¿Es eso lo que le han hecho a Peeta? ¿Han sacado sus recuerdos de Katniss y los han distorsionado para que sean aterradores?
Suzanne Collins
En el campo de las creencias religiosas la Reforma introdujo cambios profundos. La Biblia adquirió entonces una autoridad nueva y de mayor alcance. La generación anterior consideraba que las Sagradas Escrituras eran peligrosas en manos de personas iletradas y debieran ser leídas sólo por sacerdotes.
Winston Churchill