No hagas nada que sea vergonzoso, ni en presencia de nadie ni en secreto. Sea tu primera ley... respetarte a ti mismo.
Sócrates
Siempre son más transparentes los héroes que los canallas. Los he visto pasar muchas veces camino del olvido o del cementerio, sin dejar atrás más que un redoble de tambores que sólo escuchan ellos.
Arturo Pérez-Reverte
Quiero ser una fuerza de cambio.
Damian Marley
La violencia es miedo de las ideas de los demás y poca fe en las propias.
Forges
La estructura de los animales, aun habiendo sido destinada a tantos otros fines, es una máquina más perfecta que la mejor máquina de vapor artificial - es decir, es capaz de trabajar más con el mismo gasto de combustible.
James Prescott Joule
Cuando somos jóvenes perdemos la juventud queriendo crecer y cuando hemos crecido lloramos por la juventud perdida. Olvídate, vive los años que tienes.
Javier Berger
Se puede hacer todo, pero no se debe confiar todo siempre a los gobernantes.
John Lennon
Las escisiones y guerras entre los caudillos militares debilitan al régimen blanco.
Mao Zedong
Uno tiene en sus manos el color de su día... Rutina o Estallido.
Mario Benedetti
Con el nombre de dios creen poder establecer la fraternidad entre los hombres, y al contrario, crean el orgullo, el desprecio, siembran la discordia, el odio, la guerra, fundan la esclavitud.
Mijaíl Bakunin
El hombre, un ser un milímetro por encima del mono, cuando no un centímetro por debajo del cerdo.
Pío Baroja
Ficción: delgado desasimiento, delgada despegadura que forma un cuadro completo, coloreado, como una calcomanía.
Roland Barthes
Ninguna raza de reyes ha presentado un hombre de sentido común en veinte generaciones.
Thomas Jefferson
Sabemos perfectamente que introducir cambios y nuevas costumbres es el único medio del que disponemos para mantenernos vivos.
Thomas Mann
Procura hacerte digno de todos los favores, pero no aceptes ninguno.
Wallace Stevens
¿Sabes cuál es el animal más peligroso del zoológico? Había una flecha que señalaba una pequeña cortina. Tantas eran las manos curiosas e impacientes que tiraban de ella que cada dos por tres teníamos que cambiarla. Detrás de la cortina había un espejo.
Yann Martel