El tiempo nos conduce -siempre- adonde no queremos ir. Amemos el tiempo.
Simone Weil
Los seres humanos comparten los mismos problemas comunes. Una película solo puede entenderse si se presenta correctamente.
Akira Kurosawa
La muerte es una finitud dialéctica. El ser dialéctico, es decir, el hombre, es el único ser mortal, en sentido lato. La muerte de un ser humano difiere esencialmente del fin de un animal o de una planta, así como de la desaparición de una cosa por simple desgaste.
Alexandre Kojève
Se supone que esta alga (espirulina) tiene setenta por ciento de proteínas y lo mismo sirve como sustituto de la leche materna que contra el envejecimiento. Reduce el estrés, alimenta, peina y acaricia. Suaviza, reconforta y rasura.
Fabrizio Mejía Madrid
Vive, si quieres, en el mismo barrio que tu rival, en la misma calle que tu adversario y bajo el mismo techo que tu enemigo; pero habita siempre lejos de tu amigo íntimo.
Jan Laurent
Quienes ganan las batallas son los borregos, pero que quienes ganan las guerras son los hombres libres.
John Steinbeck
Lo que llamamos nuestra intimidad no es sino nuestro imaginario mundo, el mundo de nuestras ideas.
José Ortega y Gasset
Una conversación ingeniosa con un hombre es un acorde; con una mujer, es una armonía, un concierto. De una salís satisfechos; de la otra, encantados.
Joseph Joubert
Tu amistad ha aportado un glorioso technicolor a mi vida.
Lily Collins
Los grandes señores son casi las únicas personas de las que se puede aprender tanto como de los campesinos; su conversación está adornada con todo lo que se refiere a la tierra, las mansiones tal como se habitaban antaño, los usos antiguos, todo lo que el mundo del dinero ignora profundamente.
Marcel Proust
Nadie sabe qué decir en el vestuario de los perdedores.
Muhammad Ali
Las palabras son la más potente droga utilizada por la humanidad.
Rudyard Kipling
Si las instrucciones no son claras, las explicaciones y órdenes no son confiadas, la falta es del general.
Sun Tzu
La parte más importante de la educación del hombre es aquella que él mismo se da.
Walter Scott
El terrible engaño del amor consiste en que empieza haciéndonos jugar, no con una mujer del mundo exterior, sino con una muñeca interior a nuestro cerebro.
Will Rogers
Ligerezas como el aire son para el celoso fuertes confirmaciones, como un testimonio de las Sagradas Escrituras.
William Shakespeare