Descontenta, las violetas han muerto, las colinas también.
Shiba Sonome
El afecto es el gran poder que persuade, que atenúa los resentimientos y perdona; es el que atempera los golpes de la adversidad y el que elimina los efectos perniciosos de todas las discordias.
Carlos Bernardo González Pecotche
Convendría que los mortales procreasen hijos por otros medios, y que no hubiese mujeres, así se verían libres de todo mal.
Eurípides
Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, existen millones de caricias que construyen la vida.
Facundo Cabral
La iniciativa debe partir de los hombres de talento.
Fiódor Dostoyevski
La suerte siempre es el último refugio de la pereza y la incompetencia.
James Cash Penney
Un historiador es un profeta al revés.
José Ortega y Gasset
... En los pechos valerosos, bastantes por si a emprender los casos dificultosos, el alcanzar y vencer consiste en ser venturosos; mas en que un hombre perdone viéndose ya vencedor, a quien le quitó el honor, nada la fortuna pone; todo se debe al valor.
Juan Ruiz de Alarcón
No creo que ningún personaje crea que sus metas sean realmente mal.
Len Wein
Ayer fue uno de los mejores y más hermosos días de mi vida. Probé los más grandes placeres. Dios me complació y me mostró las deslumbrantes maravillas de la esperanza eterna. Después de eso, ¿no parecerá como que no existe nada que me podría mantener atado a este mundo?
Louis Braille
Si creo desde el corazón, casi todo funciona, si lo hago desde la cabeza, casi nada.
Marc Chagall
La tristeza es una enfermedad en la que cada paciente debe tratarse a sí mismo.
Molière
Vamos a intentar enseñar la generosidad y el altruismo, porque todos nacemos egoístas.
Richard Dawkins
A veces la picardía crioya es sólo desesperación.
Roberto Fontanarrosa
Lo que define al ateísmo es la reducción del hecho religioso al hecho humano: son los hombres los que han creado a los dioses.
Roger Garaudy
Sonaba tan real, tan cercano. Sólo cuando desaprobaba mi conducta, como ahora, emergía el verdadero recuerdo de su voz, la textura aterciopelada y la entonación musical que la convertían en el más perfecto de los sonidos.
Stephenie Meyer