¡A cuántas charlatanerías se somete uno cuando está en una situación apurada cuando todos los medios conocidos han fracasado y está en peligro la vida de un ser querido!
Sheridan Le Fanu
La perla de la justicia brilla mejor en la concha de la misericordia.
Catalina de Siena
El trabajo duro nunca mató a nadie, pero ¿para qué arriesgarse?
Edgar Bergen
Ellos no ven en mí más que a Eva Perón. Los descamisados, en cambio, no me conocen sino como Evita.
Eva Perón
Para que por aquí estén marineando las lagartijas, yo prefiero que sea para las personas humanas.
Francisco Hernando
Inteligencia es hacer artificiales los objetos, especialmente las herramientas para hacer herramientas.
Henri Bergson
Necesitamos un plan inteligente que nos asegure una recompensa.
Johnny Depp
La poesía se escribe cuando ella quiere.
José Hierro
Sólo hay dos maneras de resumir la música: o es buena o es mala. Si es buena no le das más vueltas, simplemente la disfrutas.
Louis Armstrong
Nunca digas de esta agua no beberé - dijo Jesús a sus abuelitos Ana y Joaquín antes de entrar en la boda.
Manuel Cubero Urbano
Lo que nosotros llamamos monstruos, no lo son a los ojos de Dios, quien ve, en la inmensidad de sus obras, la infinita variedad de sus formas.
Michel de Montaigne
¡Son tantos los mortales que no pueden digerir la felicidad! La felicidad no es cosa fácilmente digerible; es, más bien, muy indigesta.
Miguel de Unamuno
Verdad es que siempre he sido un hombre sin razón de ser.
Panait Istrati
Si me fuera a reencarnar, quisiera volver al mundo como un buitre: nadie lo odia, ni lo envidia, ni lo desea, ni lo necesita; jamás lo molestan y nunca está en peligro; además, le mete el diente a cualquier cosa.
William Faulkner
Nadie puede ganar de forma honesta un millón de dólares.
William Jennings Bryan
Con la moral completamente baja por el calor, por no tener nada que hacer y porque J. R. está en actitud polémica, egoísta e irritable, me encuentro planeando el resto de mi vida egoístamente. Voy a tratar de disfrutar parte de lo que me queda de ella. Y de seguro quiero un cuarto para mí sola para hacer lo que me dé la gana, abrir bien las ventanas, ponerme crema en las manos cuando el fregar me endurece la piel y moverme en la cama si me apetece.
Zenobia Camprubí Aymar