Los enemigos como el odio y el apego carecen de piernas, brazos y demás miembros, y no tienen coraje ni habilidad, ¿cómo, entonces, han conseguido convertirme en su esclavo?.
Shantideva
Somos arquitectos de nuestro propio destino.
Albert Einstein
Los precios o, con otras palabras, las cantidades de bienes que deben aparecer en el intercambio, configuran, en cuanto que son percibidas por nuestros sentidos, el objeto más usual de la observación científica, pero están muy lejos de constituir la esencia del fenómeno económico del intercambio.
Carl Menger
Sueño, esos pedacitos de muerte. ¡Como los odio!
Edgar Allan Poe
Por eso el humilde molino, aun cuando su base esté carcomida y sus paredes pobladas de plantas parásitas, me inspira veneración; gracias a él, millones de seres humanos no están ya tratados como bestias de carga; han podido erguir la cabeza y ganar en dignidad al mismo tiempo que en felicidad.
Élisée Reclus
Las teorías evolucionistas de hoy mantienen que en el mundo hay dos tipos de hombres: los que tienen hijos y los que saben criarlos. Los primeros son promiscuos; los segundos son constantes.
Elizabeth Gilbert
Para escribir bien se necesita una facilidad natural y una dificultad adquirida.
Joseph Joubert
- Etienne Feyder: ¿Cuándo tomará un descanso? - Miembro del equipo: Dice que ya descansó lo suficiente en prisión.
Julian Lewis Jones
La belleza es la expresión estética del amor.
Lindsay Kemp
No creo en el arte, creo en los artistas.
Marcel Duchamp
¿Pensaron alguna vez que si no fuera por todos, nadie sería nada?
Quino
Desde que era pequeña, cuando estaba en la escuela, yo ya era una niña de negocios. Me gustaba comprar cosas para vender, chicle de tres centavos, cosas por el estilo.
Selena
Debes amar el tiempo de los intentos, debes amar la hora que nunca brilla y si no, no pretendas tocar los yertos.
Silvio Rodríguez
Exceso en nada. Esta norma la considero de la mayor utilidad en la vida.
Terencio
El requisito definitivo para la grandeza de un artista es su propia muerte.
Thiessen
El pasado nunca se muere, ni siquiera es pasado.
William Faulkner