Un escritor a menudo oye hablar sin escuchar una palabra.
Sergio Pitol
Para conservar a unos y adquirir a los otros, cautivadlos a todos con el beneficio.
Aristón de Chíos
Reflexionar con calma antes de adoptar ninguna determinación, no cansarse nunca de obrar el bien, y tratar cada asunto según convenga.
Confucio
Los Republicanos han sido acusados de abandonar a los pobres. Es lo opuesto. Ellos nunca nos votan.
Dan Quayle
Era un desconocido más en la ciudad de los desconocidos ilustres.
Gabriel García Márquez
Lo que me sorprende es que, debajo de esas críticas se note un odio contra mí, contra mi persona, un prejuicio denigrador.
Gustave Flaubert
Estudié la vida de grandes y famosos hombres y mujeres, y descubrí que aquellos que llegaron a descollar fueron los que emprendían todo trabajo que les tocase hacer con todo vigor, energía, y entusiasmo de que eran capaces.
Harry S. Truman
Deja de arañar la corteza; hay fruta madura en tu frente.
Henry David Thoreau
Supo convertir su amor por este elemento arbóreo, como ocurre con todos los amores verdaderos, en algo despiadado y doloroso, que hiere y cercena para hacer crecer y dar forma.
Italo Calvino
Los funerales celebran el cruce de otra frontera, en muchos sentidos el más formal y prolongado de todos.
J. G. Ballard
Resulta más fácil encamarse con una chica que acabas de conocer que pasear con ella cogidos de la mano.
Javier Berger
- ¿Algo que declarar? - Voy a colgar una cuerda de equilibrista entre las dos torres del World Trade Center y caminaré sobre ella. - ¡Ja! ¡Buena suerte!
Joseph Gordon-Levitt
Huye de los preceptos de los especuladores cuyas razones no están confirmadas por la experiencia.
Leonardo da Vinci
No soy polémica, simplemente no le tengo miedo a los temas que si lo son.
Reneé Acosta
La curiosidad es, en las almas grandes y nobles, la primera pasión y la última.
Samuel Johnson
Al igual que el constante aumento de la entropía es la ley fundamental del universo, igualmente la ley fundamental de la vida es ser cada vez más estructurada y luchar contra la entropía.
Václav Havel