Vende su propia voluntad el que recibe ajeno beneficio.
Séneca
Se sabe cuan poco dura en la mujer la ardiente llama del amor, cuando la mirada y la mano, no son capaces de avivarla de continuo.
Dante Alighieri
Únicamente el que hace aprende.
Friedrich Nietzsche
Hacer las cosas como todos es una máxima sospechosa, que casi siempre significa: hacer las cosas mal.
Jean de la Bruyere
Quizá por ser cuatro años más viejos que tú, la experiencia nos ha enseñado a ver primero los defectos propios, y a no hacer mucho caso de los ajenos.
José Ramón Ayllón
Toda ley supone una autoridad de donde emana, y la causa eficiente y radical de ésta es, por derecho inherente, esencial al pueblo e imprescriptible de su soberanía.
Juan Pablo Duarte
Alguien me preguntó: ¿Qué es Sumo? Es una pregunta estúpida... Es como preguntar, ¿Qué es tu zapato? ¿Qué carajo respondes? Entonces yo le dije: Sumo es algo que hace tu abuela cuando no tiene nada que pensar.
Luca Prodan
Los instintos primarios que desde que el mundo es mundo habían movido a las mujeres de la humanidad.
María Dueñas
La vida es una apuesta perdedora.
Mark Wahlberg
Solo tu paciencia y tu lucha te harán ganar la batalla.
Megan Maxwell
La libertad del espíritu tropieza con la resistencia que le opone la necesidad.
Nikolái Berdiáyev
Hay dos tipos de hombres -dijo Ka con tono pedagógico-. Los primeros, antes de enamorarse, tienen que saber cómo la mujer se come un bocadillo, cómo se peina, qué tonterías le preocupan, por qué se enfada con su padre y todas las historias y leyendas que se cuentan sobre ella. Los segundos, y yo soy de ésos, necesitan saber muy poco para poder enamorarse.
Orhan Pamuk
Quiero dedicar este premio a Tito Vilanova. Esto va por ti, Tito. Desde el fondo de mi corazón quiero dedicarle este trofeo a él, que es mi amigo, mi asistente, y que siempre está con nosotros.
Pep Guardiola
A menudo se sentía estúpido: es porque sólo poseía una inteligencia moral (es decir: ni científica, ni política, ni práctica, ni filosófica, etc.).
Roland Barthes
Te quejas de las censuras de tus maestros, émulos y adversarios, cuando debieras agradecerlas. Sus golpes no te hieren; te esculpen.
Santiago Ramón y Cajal
El hombre ocioso sólo se ocupa en matar el tiempo, sin ver que el tiempo es quien nos mata.
Voltaire