Si os sujetáis a la naturaleza, nunca seréis pobres; si os sujetáis a la opinión, nunca seréis ricos.
Séneca
Recuerdo un milagroso instante: cual una efímera visión, apareciste tú, radiante y hermosa como la ilusión.
Aleksandr Pushkin
La juventud es una época de cambios rápidos. Mientras el hijo está entre los doce y los diecisiete años, el padre puede envejecer treinta.
Anónimo
El poder total implica no amar.
Carmen Posadas
Los hombres que tienen una tormentosa vida interior y que no buscan desahogo en sus palabras o en sus escritos, son simplemente hombres que no tienen una tormentosa vida interior.
Cesare Pavese
La voluntad es la piedra filosofal buscada por la alquimia.
Constancio C. Vigil
Al estar determinados por costumbre a trasladar el pasado al futuro en todas nuestras inferencias, cuando el pasado ha sido absolutamente y regular y uniforme, esperamos el acontecimiento con la máxima seguridad y no dejamos lugar para la suposición contraria.
David Hume
La pasiónpolítica sacaba partido hasta de la estatura, del color del pelo, de la edad.
Emilia Pardo Bazán
¡Oh! Dios, si es que hay un Dios, salva mi alma, si es que tengo alma.
Ernest Renan
La realidad es un término muy equívoco. ¡La palabra realidad quiere decir tantas cosas para cada ser humano!
Harold Bloom
Asqueroso es el mundo alrededor. Pero esa no es razón para que nosotros todos nos volvamos asquerosos.
Henry Cavill
Un día de estos te doy un susto y te pido, seria y formalmente, que te cases conmigo. Ay, mi vida, un día el susto te lo doy yo a ti, y si me preguntas, te respondo que sí.
Ismael Serrano
Siempre hay un tuerto o un listo que nos gobierna.
José Saramago
Después de que vi a Dios, no tomé más vino. Yo creía que era verso: no es verso. Está el chabón.
Pappo
La derrota de ETA es mucho más que la derrota de sus comandos militares, entre comillas, es que pierda la esperanza, ellos y los que les apoyan, de conseguir algo de la democracia y de la política con el uso de terror.
Rosa Díez
Cuanto más creativo es un hombre, más rutinario es en los detalles insignificantes de la vida. Sólo una cosa les exige: que no detenga su atención.
Von Keyserling