Un hombre bueno no puede carecer de Dios.
Séneca
Ya sé que no puedo sentir tu tacto, pero siento tu amor, Nora. En mi interior. Y para mí eso lo es todo. Aunque me encantaría poder sentirte tal como tú me sientes a mí, tengo tu amor, y no hay nada más importante que eso. Hay gente que se pasa toda la vida sin sentir lo que tú me has dado. No tengo nada de lo que lamentarme.
Becca Fitzpatrick
En la escuela de la experiencia, las lecciones cuestan caras, pero solamente en ellas se corrigen los insensatos.
Benjamin Franklin
La gente no se jubila, son jubilados por otros.
Duke Ellington
Al elegir una guitarra me fijaba en que estuviera desgastada. Es como entrar en un restaurante. Si está lleno es que se come bien.
Eric Clapton
Cuentan sólo las palabras, el resto es charlatanería.
Eugène Ionesco
El gobierno de Rodríguez Zapatero comenzó con la historia de un abuelo, del abuelo de Rodríguez Zapatero que pareció no le transmitió la ternura y el cariño que normalmente transmiten los abuelos a sus nietos.
Francisco Camps
Para ser recto el consejo, es necesario que sea no de aquel que yo quisiere, sino de aquel que me quiera.
Francisco de Rojas Zorrilla
Probablemente saboreó una sensación tan compleja que rebasaba con mucho los límites de la cordura.
Henry James
La memoria es una experiencia sustituta, en la cual se da todo el valor emocional de la experiencia actual sin su tensión, sus vicisitudes y sus perturbaciones.
John Dewey
No puedes esperar construir un mundo mejor sin mejorar a las personas.
Marie Curie
No hay que temer a nada en la vida, sólo tratar de comprender.
veo el mundo tal como desearía que sucedieran las cosas, y no como realmente suceden.
Paulo Coelho
Es suficiente juzgar bien para hacer bien, y juzgar lo mejor posible para obrar también de la mejor manera. Cuando se está seguro de que es así, uno no puede dejar de estar contento.
René Descartes
Las mejores cartas de amor están escritas por los que no están enamorados.
Santiago Rusiñol
Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si desea escribir ficción.
Virginia Woolf