Dondequiera que haya un ser humano existe una probabilidad para la bondad.
Séneca
Mirando al mar recuerdo el día que te conocí
Amaia Montero
La moral descansa naturalmente en el sentimiento.
Anatole France
No apunte con su puto dedo a alguien que está loco.
Angelina Jolie
Prefiero equivocarme creyendo en un Dios que no existe, que equivocarme no creyendo en un Dios que existe. Porque si después no hay nada, evidentemente nunca lo sabré, cuando me hunda en la nada eterna; pero si hay algo, si hay Alguien, tendré que dar cuenta de mi actitud de rechazo.
Blaise Pascal
Conforme de la tierra se va elevando.
Federico Balart
El dinero es una manifestación de Dios que nos libera de la necesidad y de las restricciones, pero debe mantenerse en circulación y ser utilizado para buenas finalidades.
Florence Scovel Shinn
Quisiera que vieses la cara estúpida que pongo cuando la gente habla de Carlota, y, sobre todo cuando me preguntan si me gusta. ¡Gustarme! Odio de muerte esta palabra. ¿Qué hombre habrá a quien no le guste, a quien no le robe el pensamiento, todo el corazón?... ¡Gustar!
Goethe
La infancia es despiadada.
Jean de La Fontaine
Cada vuelta pensaba que iba a hacerlo a fondo, ¡Pero nunca lo hice!
Jenson Button
No haré nada, salvo correr libremente por el verde mundo de belleza estival. Soñaré junto al arroyo al atardecer, vagaré sobre el Lago de Aguas Brillantes en una barcaza hecha de rayos de luna...
Lucy Montgomery
Todo se va, todo cae, todo fina.
Manuel Fraga Iribarne
Los falsificadores de moneda suelen ser vilipendiados, y con razón. Una de las razones por las que el oro y la plata vienen bien como dinero es la de que son fácilmente reconocibles y que son especialmente difíciles de imitar por los falsificadores.
Murray Rothbard
Llevo en mi mundo que florece todos los mundos que han fracasado.
Rabindranath Tagore
Nada te puede dar la paz, excepto tú mismo. Nada te puede dar la paz, excepto el triunfo de los principios.
Ralph Waldo Emerson
Razonar y convencer, ¡qué difícil, largo y trabajoso! ¿Sugestionar? ¡Qué fácil, rápido y barato!
Santiago Ramón y Cajal