La vida ni es un bien ni un mal, es sólo ocasión de bien y de mal.
Séneca
El que mata o tortura sólo conoce una sombra en su victoria: no puede sentirse inocente. Necesita, pues, crear la culpabilidad en la víctima.
Albert Camus
No se hace buena literatura con buenas intenciones ni con buenos sentimientos.
André Gide
El aprendizaje de los ojos, de la visión exterior y también de la interna, se hace muy despacio. Suele ser al declinar de la vida, cuando el espectáculo del mundo y el de nosotros mismos adquiere una voluptuosidad penetrante, un sabor desconocido en los años de la mocedad, cuando la acción nos absorbe y no hemos aprendida aún a pararnos a ver.
Andrenio
El grabado tiene un lugar tan alto como la pintura.
Carlos Cañas
Hay que colgar a todos los capitalistas, hay que colgarlos con las tripas de los curas.
El Gran Wyoming
Alonso es en estos momentos el piloto referencia del Mundial y no hay nadie que pueda competir contra él con una cierta regularidad.
Fernando Alonso
La humanidad es como es. No se trata de cambiarla, sino de conocerla.
Gustave Flaubert
La esfera de la música es el sentimiento, no el pensamiento.
Hugh Reginald Haweis
Me daban órdenes. Obedecía. Me sentía justificado. Ahora nadie pueda ya darme órdenes y nada puede ya justificarme.
Jean-Paul Sartre
Caracol a tu manera ¿Puedes llegar a ser un Buda?
Kobayashi Issa
En la primera pasión la mujer ama a su amante, en las otras todo lo que ama es al amor.
Lord Byron
La mayoría de las veces, un hombre tiene varios caracteres: uno que él piensa que tiene, otro que el público piensa que tiene, y el tercero, que ni él, ni el público pueden comprender, y que es el verdadero.
Nicolae Iorga
Considera si se trata de un hombre, que trabaja en el fango, Que no conoce la paz, que lucha por un mendrugo de pan Que muere en un sí o un no.
Primo Levi
A menudo pienso que la noche está más viva y más rica de colores que el día.
Vincent van Gogh
Así, en la tragedia, el pagano comprende que es mejor que sus dioses, y justamente tal conocimiento lo deja enmudecido, sin palabras.
Walter Benjamin