Todos recomendamos la virtud que nos es propia, y reprendemos el vicio en que hemos caído.
Séneca
No tienes que contentar a nadie. No pasa nada si los demás piensan que eres una persona difícil.
Barbara Berckhan
La constancia es una llave mágica.
Doménico Cieri Estrada
Las interacciones en la oralidad están hechas de esa espuma que conforta el corazón y engrandece la razón.
Francisco Garzón Céspedes
Es imposible imaginar el universo manejado por un sabio, justo y omnipotente Dios, pero es muy fácil imaginarlo administrado por un consejo de dioses. Si ese consejo en verdad existe, opera precisamente como el consejo de una corporación que está perdiendo dinero.
H. L. Mencken
La mejor arma política es el terror. La crueldad impone respeto; los hombres podrán odiarnos pero no queremos su cariño, sólo queremos su miedo.
Heinrich Himmler
¿Cree usted que un periodista tiene derecho a suministrar o suprimir cualquier parte de un juicio?
Henry Brougham
Un buen marido nunca es el primero en dormirse por la noche ni el último en despertarse por la mañana.
Honoré de Balzac
Conocereis la verdad, y la verdad os hará libres.
Jesús de Nazaret
Si nos mantenemos totalmente atentos a lo que es, lo comprenderemos y nos veremos libres de ello; pero para estar atentos a lo que somos, tenemos que dejar de luchar por algo que no somos.
Jiddu Krishnamurti
Nadie rebaje a lágrima o reproche esta declaración de la maestría de Dios, que con magnífica ironía me dio a la vez los libros y la noche.
Jorge Luis Borges
La infantilidad es uno de los caracteres más importantes y, en el más noble sentido del término, más humanos del hombre.
Konrad Lorenz
Van mal los asuntos humanos cuando queda solamente la fe en los asuntos materiales.
Quintiliano
Que el disfrute de las riquezas bendiga tu posesión de ellas; y piensa que causa más satisfacciónvivir como rico que morirrico.
Thomas Browne
Los exploradores, que preparaban el camino del mejor modo posible, y una parte de la vanguardia fueron devorados antes de poder advertirlo. La confusión era extrema; los lobos, los tigres y demás carniceros, invitados por sus compañeros, acudían de todas partes. Se escuchaban crujidos de huesos y, en el aire, un espantoso aleteo; los buitres comenzaban a añadirse al festín.
William Beckford
Algo huele a podrido en Dinamarca.
William Shakespeare