Una cosa es amar la sabiduría y otra haberla conseguido.
Séneca
Los grandes espíritus se elevan más cuando se ven más caídos. Porque la desgracia es la piedra de toque de la grandeza del alma.
Conde de Romanones
La mano salvadora no existe.
David Valois
La vanidad es hija legítima y necesaria de la ignorancia; el hombre es un ciego que no sabe verse a sí mismo.
Edward Young
¡Por qué no me voy y dejo de hacer papelones acá adentro!
Gastón Gaudio
Incertidumbre, iremos lejos y alegres, sin volver jamás, Así como van los cangrejos; De para atrás... De para atrás...
Guillaume Apollinaire
En el momento en que una cosa te turba, ya eres esclavo, en vez de ser señor. No hay en el mundo señor más tirano que el disgusto o tormento.
Guy Pearce
¿Por qué contentarnos con vivir a rastras cuando sentimos el anhelo de volar?
Helen Keller
Si no esperas lo inesperado no lo reconocerás cuando llegue.
Heráclito
Pasa la murga con sus alardes entre la siesta del arrabal. Y un son de lata puebla la tarde y su rumor es la canción del carnaval.
Homero Manzi
Hoy día la carrera de armamentos penetra hasta en los océanos del mundo y el espacio sideral. De hecho, es irónico que la acumulación de armamentos sea una de las pocas industrias que está creciendo en una época de depresión y abatimiento económico'.
Javier Pérez de Cuéllar
¡Ah, sí! Es preciso entender esta especial psicología de los locos, por la cual, fíjese, se puede estar incluso seguro de que un loco nota, puede notar perfectamente un disfraz delante de él, y tenerlo por tal; y, sí, señores, sin embargo, creer en él; igual que hacen los niños, para los cuales es a la vez juego y realidad.
Luigi Pirandello
El que lava los platos tiene que ser una persona culta, de lo contrario quedan peor que antes.
Nicanor Parra
Hay tantos lunes que los viernes están armando un sindicato.
Ricardo Arjona
Me doy la vuelta y veo que la mayoría de los vencedores se han parado para mirarme. Sus rostros muestran cualquier cosa desde la envidia y el odio a la admiración.
Suzanne Collins
Mientras el río corra, los montes hagan sombra y en el cielo haya estrellas, debe durar la memoria del beneficio recibido en la mente del hombre agradecido.
Virgilio