La primera regla del arte de reinar es saber sufrir el odio ajeno.
Séneca
En tus bucles morenos entrelazo quedamente los preciosos diamantes de mis versos más puros, y en la oscura fuente de tus ojos luminosos ávido arrojo mi enamorado corazón.
Aleksandr Blok
A veces estoy como en un infierno y no me lamento. No encuentro de qué lamentarme.
Antonio Porchia
La vida siempre elige el lado de la vida.
Art Spiegelman
Yerro es no creer, y culpa, creerlo todo.
Fernando de Rojas
¡Ni lo sueñen! Yo con gusto empalo por el culo al Papa, ¿pero tocar a un animalito de Dios?
Fernando Vallejo
No sé si he entregado algo realmente valioso. Los fans dirán que mi música y quizás esté de acuerdo, pero creo que más que las canciones en sí lo que realmente es valioso es la sinceridad que tiene cada una de ellas. Podrán gustarte o no, pero son todas salidas del corazón.
George Harrison
Existen en este mundo algunas almas benditas, cuyas penas se convierten en alegrías para los demás y cuyas esperanzas terrenales, colocadas en la tumba con abundantes lágrimas, son una semilla de la que brotan flores y bálsamos curativos para los desolados y los afligidos.
Harriet Beecher Stowe
La verdadera religión debe enseñar que la vida está repleta de alegrías gratas a los ojos de Dios, y que el conocimiento sin la acción está vacío.
Jack Herbert
Existen dos razas en este mundo: los inteligentes y los tontos.
John Fowles
Un descubrimiento siempre es una violación del mundo natural. Siempre.
Michael Crichton
España, piedra estoica que se abrió en dos pedazos de dolor y de piedra profunda para darme: no me separarán de tus altas entrañas, madre.
Miguel Hernández
El entusiasmo es el pan diario de la juventud. El escepticismo, el vino diario de la vejez.
Pearl S. Buck
A veces he soñado un ideal y es que la vida humana vivida a fondo, con fuerza, con decisión, podría convertirse en un traslado de un punto de intensidad a otro punto de intensidad.
Roberto Juarroz
El derecho que triunfa sin ninguna necesidad de violencia.
Victor Hugo
Si avanzáramos confiadamente en la dirección de nuestros sueños y nos esforzáramos por vivir la vida que habíamos imaginado, nos encontraríamos con un éxito inesperado en las horas corrientes.
Wayne Dyer