Muchas veces las ofensas son incentivo del valor.
Séneca
Triste como el destello de la luna, solo, como la luna solitaria, es el recuerdo de ese amor maldito, como mi alma.
Almafuerte
Si nunca has tenido un gran éxito, no sabes lo que vales; el éxito es la piedra de toque de los caracteres.
Amado Nervo
Desde que tenía uso de razón. Allí en Madeira se hablaba del Madrid como el equipo más famoso, con mejor historial del mundo, con grandes figuras internacionales.
Cristiano Ronaldo
El pensamiento condicionado es inflexible y está sujeto a las cadenas de nuestro apego a las ideas, las nociones y las creencias.
Deepak Chopra
En realidad no aprehendemos nada con exactitud, sino sólo en sus cambios según la condición de nuestro cuerpo y de las cosas que sobre él percuten o le ofrecen resistencia.
Demócrito
El liberalismo fue muy activo en el XIX, pero luego se ha convertido en una elegante poltrona para biempensantes que todo lo comprenden, todo lo toleran y no se meten en nada.
Francisco Umbral
Por más intensa que sea la tormenta, el espíritu ha de permanecer siempre impasible.
Jiddu Krishnamurti
El Estado es superación de toda sociedad natural, es mestizo y plurilingüe.
José Ortega y Gasset
Tengo suficiente inteligencia como para empezar a destruirla ventajosamente.
Julio Cortázar
Los grandes espíritus son como las nubes: recogen para derramarse.
Kalidasa
Nadie me separara de los principios que adopté cuando me decidí a buscar la libertad de la patria amada, y como éste solo es mi objeto, no las glorias, no los honores, no los empleos, no los intereses, estoy cierto de que seré constante en seguirlos.
Manuel Belgrano
Pues, como organización criminal, con todos sus ingresos y activos derivados del crimen de los impuestos, el estado no puede poseer ninguna propiedad justa.
Murray Rothbard
El hombre sabio ve en las desventuras ajenas las que debe evitar.
Publilio Siro
Cuando eres joven todo es más fácil, basta con que esa persona te deje medio atontado.
Sam Rockwell
No existe nada más contagioso que el entusiasmo.
Samuel Taylor Coleridge