No hay día sin su pena.
Séneca
Si tu ausencia no se hubiera eternizado, como una luz o una sombra, yo no estaría ausente. En un continuo viaje iría hacia ti, persiguiendo tu presencia.
Aída Cartagena Portalatín
Miento por diversión, entretengo con mis mentiras, con mi visión exagerada de la realidad: es imaginación, fantasía. Engañar es otra cosa. Ni mis personajes ni yo engañamos, más bien somos engañados.
Alfredo Bryce Echenique
Pongo en juego mi vida, y pierdo, y luego vuelvo a empezar, sin vida, otra partida.
Ángel González
Me había convertido en un esclavo preso en las redes del opio, y mis trabajos y mis planes cobraron el color de mis sueños.
Edgar Allan Poe
Ha llegado la hora de la mujer argentina, integramente mujer en el goce paralelo de deberes y derechos comunes a todo ser humano que trabaja, y ha muerto la hora de la mujer compañera ocasional y colaboradora ínfima.
Eva Perón
Hay que recordar todo lo que es bueno recordar y todo lo demás olvidarlo.
Florence Scovel Shinn
¿Quién ha entrado en el portal por el techo abierto y roto? ¿Quién ha entrado que así suena celeste alboroto? Una escala de oro y música, sostenidos y bemoles y ángeles con panderetas dorremifasoles.
Gerardo Diego
El derecho es la fe del individuo; el deber es fe común, colectiva.
Giuseppe Mazzini
Es catalán quien vive y trabaja en Cataluña y quiere serlo.
Jordi Pujol
La experiencia es algo que no consigues hasta justo después de necesitarla.
Laurence Olivier
Maradona fue el más grande, junto a Johan Cruyff y su Naranja Mecánica. Fueron mis ídolos. Para mí, en cambio, el fútbol fue una forma de pasársela bien y disfrutar.
Mágico González
Con esa sonrisa de hiena follándose a un conejo...
Pepe Rubianes
Los padres deben ser los primeros amigos de los hijos.
Pío XII
Has atribuido a la villanía condiciones que resultan simplemente de la estupidez.
Robert Heinlen
Daba siempre la impresión de una fuerza oscura concentrada en ella misma y, cuando lo veía por la calle, con los delgados labios estrechamente apretados y caminando siempre con pasos apresurados, como si se dirigiera a algún lugar determinado, me daba cuenta de la actitud defensiva y del aislamiento interior de su carácter mucho más que en nuestras conversaciones.
Stefan Zweig