Perdiéronse las buenas costumbres, después que a los vicios se les dio el nombre de virtud.
Séneca
Todo movimiento, cualquiera que sea su causa, es creador.
Edgar Allan Poe
La economía mundial es la más eficiente expresión del crimen organizado. Los organismos internacionales que controlan la moneda, el comercio y el crédito practican el terrorismo contra los países pobres, y contra los pobres de todos los países, con una frialdad profesional y una impunidad que humillan al mejor de los tirabombas.
Eduardo Galeano
En los libros podemos refugiar nuestros sueños para que no se mueran de frío.
Fernando Fernán Gómez
Nadie nunca descubre las profundidades de su propia soledad.
Georges Bernanos
No puede decirse que lo razonable sea siempre bello; pero lo bello es siempre razonable.
Goethe
La educación puede ser la gran fecundadora o la gran esterilizante de los hombres, y los hombres pueden ser los grandes transformadores de los pueblos o los más formidables obstáculos para su progreso.
Héctor Abad Gómez
La mayor parte del tiempo, al no unirse a palabras, mis pensamientos quedan en nieblas.
Jean-Paul Sartre
El arte de gobernar una nación exige el mayor cumulo de conocimientos y excelsas calidades de la inteligencia, afianzadas sobre dotes singulares de dignidad y desprendimiento.
Laureano Gómez
Un líder espiritual y ungido no es aquel que vive una vida color de rosa, alejado de las cosas cotidianas y negando la realidad para darle una aspirina espiritual a sus oyentes. Es aquel que a pesar de los desafíos de la vida mantiene el rumbo y da cuenta de cómo Cristo también se manifiesta en una vida normal, urbana y actual.
Lucas Leys
Uno tiene que pelear por lo suyo, su familia, su privacidad.
Marc Anthony
Cualquier institución que no suponga la bondad de la gente, y al magistrado corruptible, es mala.
Maximilien Robespierre
Mi consejo es separar el negocio de las opiniones de quien no sabe.
Michael Dell
El cristianismo es la negación total del sentido común y la razón.
Mijaíl Bakunin
Incluso el discípulo sirve para algo. Él está de pie tras nuestro trono, y en el momento de nuestra victoria susurra a nuestros oídos que, a fin de cuentas, somos inmortales.
Oscar Wilde
Nos sumergimos en los placeres o nos sumergimos en el fervor divino de cualquier modo buscamos el olvido de nosotros mismos.
Robert Hamerling