Incontenida, la cólera es frecuentemente más dañina que la injuria que la provoca.
Séneca
La vida es peligrosa, no por la gente que hace el mal, sino por aquellos que se quedan viendo a ver qué pasa.
Albert Einstein
Sin lugar a dudas, el tabaco es una de las principales causas de las estadísticas.
Anónimo
Uno se merece lo que tolera.
La música eléctrica será en conjunción con la negra. Ambas asolarán el mundo y con ella marchará esclavo el mundo hacia el Caos final.
Benjamín Solari Parravicini
Matemáticamente, si la inteligencia y el amor humano existen, hay una inteligencia y un amor superiores que les dieron origen.
Doménico Cieri Estrada
La cultura es la buena educación del entendimiento.
Jacinto Benavente
Terrible es que la gran mayoría de injusticias suceden por franca indiferencia.
Jorge González Moore
Me ilusiona mucho, ya la tengo, la tengo. Sólo necesito no pensar en ello, dejar que madure en ese otro pensamiento que trabaja por su propia cuenta, me fío de él. Y así hasta que el pensamiento activo pueda tomar la decisión: ahora es mi turno. Entonces me siento a escribir.
José Saramago
Lo que no quieras que no sepan muchos no lo digas a nadie.
Juan Eusebio Nieremberg
Mientras unidos por un mal hermano me hablaban con suprema confidencia los mudos apretones de tu mano, manchó la soñadora transparencia de la tarde infinita el tren lejano, aullando de dolor hacia la ausencia.
Julio Herrera y Reissig
El que nace pa´ tamal nunca ta´ bien.
Les Luthiers
El presente es angustioso. Muy desgraciado está el mundo. Muy disparejo. Hay violencia y hambre y muchas cosas que no deberían existir. El mundo ha cambiado mucho, pero hay que adaptarse.
Libertad Lamarque
Si Dante, Shakespeare, o Beethoven habían muerto en la infancia, la humanidad se hubiera perdido lo que les debe a ellos. En este sentido podemos decir que el azar juega un papel en los asuntos humanos.
Ludwig von Mises
Descuida: tenemos tiempo para amarnos, porque el amor dura muy poco.
Manuel Gutiérrez Nájera
Aquel que no esté dispuesto a combatir hasta el final, aquel que no esté preparado para conquistar lo inconquistable, para derrotar al invencible, para triunfar allí donde otros fracasaron, que no deje esta ciudad.
Santiago Posteguillo