El hambriento no razona, no le importa la justicia, ni escucha las oraciones.
Séneca
Si copias, significa que no estás trabajando ningún sentimiento real.
Billie Holiday
Era una amante apasionada y desde el principio comprendí que necesitaba un hombre joven como yo para saciar sus ansias, aunque jamás lo admitiese. Solía decir que era muy selectiva, que prefería pasar meses sin sexo a tener que acostarse con cualquiera. Y yo le creía.
Blanca Miosi
A su entrada reinó un gran silencio, cesaron todos de bailar y pararon los violines, tanta fue la impresión producida por la extraordinaria belleza de la desconocida y tan grande el deseo de contemplarla. Sólo se oía el confuso murmullo producido por esta exclamación que salía de todos los labios. - ¡Qué hermosa es!
Charles Perrault
Más sirven los hombres por lo que esperan que por lo que han recibido.
Diego de Saavedra Fajardo
Tú no sabes cuánto duele que no estés aquí
Don Omar
¿Quién no piensa alguna vez en esos misteriosos amigos que no hemos visto y que no veremos jamás, que no tienen ni cara ni nombre?.
Edmundo de Amicis
Para el arquitecto, los dibujos son un medio y no un fin.
Ernst Neufert
La envidia es la más involuntaria y lisonjera de todas las lisonjas.
Eugène Marbeau
La humildad es el altar sobre el que Dios quiere se le hagan los sacrificios.
François de La Rochefoucauld
Una buena oportunidad para desesperarse un poco -pensó-, si me encontrase aquí por casualidad y no por mi propia voluntad.
Franz Kafka
Para conseguir el feliz éxito, y la deseada felicidad a que aspiramos, os recomiendo á nombre de la Excelentísima Junta vuestra protectora, y en el de nuestro amado jefe, una unión fraternal, y ciego obedecimiento á las superiores órdenes de los jefes, que os vienen a preparar laureles inmortales.
José Gervasio Artigas
¡Qué impertinente clausura y qué propiamente error, fabricar de ajenos yerros las rejas de su prisión!
Luis de Góngora
Lo que la mente del hombre pueda concebir y creer, puede conseguir.
Og Mandino
El hambre de amor es mucho más difícil de erradicar que el hambre de pan.
Teresa de Calcuta
¡Dios mío, líbrame de mis amigos! De los enemigos ya me encargo yo.
Voltaire