Y es así como, oyéndolo, no somos ya las cosas que nos pasan; somos, por obra de la música que nos transporta, sustrae y exalta, un desnudo pasar sin cosas; la más pura intensidad.
Santiago Kovadloff
No tomes el nombre de Dios en vano; escoge el momento en que tenga efecto.
Ambrose Bierce
Es de capital importancia que hagamos todo lo que esté en nuestras manos para no dejar de tener pensamientos positivos.
Andrew Matthews
El cine... ese invento del demonio.
Antonio Machado
Corazón mío, no hables Puedes jugar con fuego, pero te quemarás.
Bob Dylan
Tenemos dos reglas de oro para la política mexicana. Una es benigna: la no-reelección. Otra es más severa: el exilio. Pero la razón es la misma: todo malhechor es reincidente.
Carlos Fuentes
La vida es tan corta y el oficio de vivir tana dificil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse.
Ernesto Sabato
Hay partidarios que harían gustosos lo mismo que combaten.
Ignacio Manuel Altamirano
El amor, como el fuego, lo purifica todo.
Jean-Baptiste Alphonse Karr
En el territorio nacional se persigue y se asesina a los izquierdistas (intelectuales, políticos, alcaldes); en el republicano, a los derechistas (políticos, terratenientes, aristócratas, clérigos, militares fascistas). Se producen episodios escalofriantes propios de la peor España profunda.
Juan Eslava Galán
Para conocer la realidad, nada hay mejor que la ficción.
Mercedes Valdivieso
Solo hay tres medios para salir de la prisión económica de los países civilizados, dos de ellos ilusorios y el tercero real: el burdel y la iglesia, el libertinaje del cuerpo y el libertinaje del alma; el tercero es la revolución social.
Mijaíl Bakunin
El tiempo ha llegado a ser para mí el bien supremo. Cuando veo a los hombres pasearse, vagar o malgastar el tiempo en discusiones vanas, me dan deseos de ir a una esquina a tender la mano como un mendigo: Dadme una limosna, buenas personas; dadme un poco del tiempo que perdéis, una hora, dos horas, lo que queráis.
Nikos Kazantzakis
Cuerdo es aquel que puede fingir cordura.
Ovidio
El pueblo debe ser obedecido hasta cuando yerra.
Simón Bolívar
Sí, Platón, tienes razón: nuestra alma es inmortal. Un Dios es quien le habla, un Dios quien vive en ella. ¿De dónde procedería, si así no fuese, ese gran presentimiento, ese disgusto por los falsos bienes, ese horror a la nada?
Voltaire