Las revoluciones proletarias se revisan a sí mismas, y los revolucionarios también.
Santiago Carrillo
Una literatura llamada a durar es generalmente profética; más raramente, apologética menos todavía de propaganda.
Eduardo Mallea
El placer acompaña al ocio, generalmente, mientras que la alegría es inseparable amiga de la diligencia.
Efraín Gutiérrez Zambrano
La duda: la escuela de la verdad.
Francis Bacon
Sé al menos mi enemigo... Así habla el verdadero respeto que no se atreve a implorar amistad.
Friedrich Nietzsche
En la conversación o cualquier otro coloquio sucede inevitablemente que el placer de unos y el aburrimiento de otros han de compensarse mutuamente; siendo mucha suerte poder mantener ese equilibrio.
Giacomo Leopardi
Mi mujer puede influirme en muchas cosas, pero en lo que concierne a mi código básico nada puede moverme. Puede hacer lo que quiera en asuntos domésticos, puede hacerme hacer muchas cosas por ello, pero en lo que respecta en las cosas básicas en la vida de un hombre, eso no es asunto de una mujer.
Hermann Göring
La guerra, como la mujer, sirve para probar a los hombres.
Jorge Luis Borges
La globalización está provocando un obsesivo afán de identidad, que va a provocar muchos enfrentamientos. Nuestras cabezas se mundializan, pero nuestros corazones se localizan.
José Antonio Marina
El hombre rinde el máximo de su capacidad cuando adquiere plena conciencia de sus circunstancias.
José Ortega y Gasset
La democracia significa poder ser esclavo de cualquiera.
Karl Kraus
No se ve de una vez, se mira recorriendo, dándose vuelta. Tenemos los ojos delante y no detrás, y más o menos a 1,60 metros de altura. Eso es muy importante, es la clave en arquitectura. Hay que tener todo eso en cuenta en la concepción de la arquitectura.
Le Corbusier
Piensa en grande y tus hechos crecerán, piensa en pequeño y quedaras atrás, piensa que puedes y podrás; todo está en el estado mental.
Napoleon Hill
Los salarios en Hollywood no siempre son una maravilla. ¡Sólo porque soy Inglés piensan que soy barato!
Ray Winstone
Engañar a los hombres de uno en uno es bastante más difícil que engañarlos de mil en mil. Por eso el orador tiene menos mérito que el abogado o el curandero.
Santiago Rusiñol
Dichoso es el que no lo parece a los otros, sino a sí.
Séneca