Los hombres buenos y los malos lo son menos de lo que lo parecen.
Samuel Taylor Coleridge
Los buenos libros realzan el carácter, depuran el gusto, despiertan repugnancia hacia los placeres groseros y nos levantan a una superior espera de pensamiento y acción.
Anónimo
Yo no estoy hecho para dar conciertos; el público me intimida, me siento asfixiado por su impaciencia precipitada, paralizado por sus miradas curiosas, mudo ante esas fisonomías desconocidas.
Frédéric Chopin
Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan sencillo, pero oculto bajo la maleza idológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte o religión.
Friedrich Engels
Las dichas futuras, como las playas de los trópicos, proyectan sobre la inmensidad que les precede sus suavidades natales, una brisa perfumada, y uno se adormece en aquella embriaguez sin ni siquiera preocuparse del horizonte que no se vislumbra.
Gustave Flaubert
En esta vida, hay que tomarse un respiro de vez en cuando. Es bueno para la tiroides.
Haruki Murakami
Nunca pienses que lo sabes todo. Por muy alto que te valores, ten siempre el coraje de decirte a ti mismo: soy un ignorante.
Iván Pávlov
No hay herejía ni filosofía tan odiosa para la Iglesia como el ser humano.
James Joyce
En Boston tenemos un viejo proverbio en el sentido de que vamos a buscar nuestra religión a Roma y nuestra política la organizamos en casa.
John F. Kennedy
Ninguna cosa hace mayor daño a la sabiduría del hombre que mezclar las ciencias.
Juan Huarte de San Juan
Quiero que todos sepan que te quiero: deja tu mano, amor, sobre mi mano. Sobre mi corazón, deja tu sello.
Julia Prilutzky Farny
Perdido en un mar de atletas.
Lance Armstrong
La mayor parte de las vidas no se distinguen por sus grandes logros, sino por una infinidad de logros pequeños.
Lisa Kleypas
Besos que vienen riendo, luego llorando se van, y en ellos se va la vida, que nunca más volverá.
Miguel de Unamuno
El mercantilismo, el cual alcanzó su máximo en la Europa de los siglos diecisiete y dieciocho, era un sistema del estatismo que empleaba la falacia económica para construir una estructura de poder imperial, así como subsidios especiales y privilegios monopólicos para individuos o grupos favorecidos por el estado.
Murray Rothbard
Mi originalidad consiste en traer a la vida, de un modo humano, seres improbables y hacerlos vivir de acuerdo como las leyes de la probabilidad pero poniendo -tan lejos como sea posible- la lógica de lo visible al servicio de lo invisible.
Odilon Redon