Hay pocas cosas que resulten imposibles de la mano de la paciencia y de la diligencia.
Samuel Johnson
Y ya que no te gusta ir a la escuela, ¿Por qué no aprendes al menos un oficio que te sirva para ganar honradamente un pedazo de pan?
Carlo Collodi
Las grandes deudas son un privilegio de la riqueza.
Georges Duhamel
Estoy perdido para el mundo, aunque mi reino sean todos los mundos posibles, porque yo soy el testigo de mi propia creación. Mi creación es mi pasión. Por eso hago soplar los vientos para que den testimonio de mis llamas.
Gonzalo Rojas
El tiempo es invención o no es nada en absoluto.
Henri Bergson
Al lado de la necesidad de definir se encuentra el peligro de embrollarse.
Honoré de Balzac
Un héroe es alguien que se rebela o parece rebelarse contra los hechos de la existencia y parece conquistarlos.
Jim Morrison
Al que menos tenga, más se le dará; Al que más tenga, más le será quitado.
Lao-Tse
Si un libro es especial para alguien, vale la pena que lo hayan escrito.
Laura Gallego García
¡Son tantos los mortales que no pueden digerir la felicidad! La felicidad no es cosa fácilmente digerible; es, más bien, muy indigesta.
Miguel de Unamuno
Cuando supo que quería disfrutar al mismo tiempo del placer de la erudición, de la acción y de las recompensas de los negocios, se dio cuenta de que necesitaría una extraordinaria autodisciplina para evitar que una ocupación absorbiera a la otra.
Noah Gordon
La guardia muere pero no se rinde.
Pierre Jacques Étienne Cambronne
A río revuelto, ganancia de pescadores.
Proverbio
Un monopolio es una cosa terrible hasta que lo tienes.
Rupert Murdoch
El presidente Snow solía... venderme..., vender mi cuerpo, quiero decir -empieza con voz monótona y distante-. Y no fui el único. Si pensaban que un vencedor era deseable, el presidente lo ofrecía como recompensa o permitía que lo comprasen por una cantidad de dinero exorbitante. Si te negabas, mataba a algún ser querido. Así que lo hacías.
Suzanne Collins
Cuando lo creas todo perdido, no olvides que aún te queda el futuro, tu cerebro, tu voluntad y dos manos para cambiar tu destino.
Wernher von Braun