No creo en la polarización del bien y del mal.
Sam Mendes
Fue tan grande como puede ser un hombre sin moral.
Alexis de Tocqueville
Francia se hizo a golpes de espada. La flor de lis, símbolo de la unidad nacional, no es más que un puñal de tres hojas.
Charles de Gaulle
Dibujar es la sinceridad enmascarada en una pirueta.
Claude Serre
Hay amor propio en el amor como hay interés personal en la amistad.
George Sand
El aumento de sueldo de un hombre es el aumento de precio de otro.
Harold Wilson
Duele tanto la rutina de una vida siempre igual, la costumbre duele tanto, que esta noche, liberado del perfume de oficinas, ¡quiero música, maestro, hasta morir!
Homero Expósito
El miedo es un instinto sano, no es un signo de debilidad. Es un mecanismo de defensa natural que es común a los felinos, lobos, y la mayoría de los seres humanos. Incluso los murciélagos de la fruta conocen el miedo y los felicitamos por ello. Si usted piensa que el mundo es raro ahora, imagínese lo raro sería si las bestias salvajes no tuviesen miedo.
Hunter S. Thompson
Deshaced ese verso, Quitadle los caireles de la rima, el metro, la cadencia y hasta la idea misma. Aventad las palabras, y si después queda algo todavía, eso será la poesía.
León Felipe
Las mujeres no miden jamás los sacrificios; ni los suyos, ni los de los demás.
Madame de Staël
Los cuentos de hadas son más que ciertos: no porque nos dicen que los dragones existen, sino porque nos dicen que los dragones pueden ser derrotados.
Neil Richard Gaiman
Yo y Prost ya ganamos todo y estamos más para allá que para la carrera. Ayrton no. Se matará si es necesario, para llegar al título y ser considerado el mejor de todos los tiempos.
Nelson Piquet
La sociedad perdona a veces al criminal, pero no perdona nunca al soñador.
Oscar Wilde
Olvida tus penas y calma tu alma, pues por la mañana todo estará en calma.
Suzanne Collins
El espíritu egoísta del comercio no reconoce patria ni siente ninguna pasión o principio salvo el de lucro.
Thomas Jefferson
No era ficción de tiempos remotos: una piedra de azul celeste, al fondo del barranco sin sol, muestra aún claramente las pisadas que los pequeños elfos, en la escena pulida dejaron, al danzar con brillante cortejo.
William Wordsworth