Noche terrenal, en tu exiguo fuego me complací alguna vez y descendí entre los mortales.
Salvatore Quasimodo
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida, porque nunca me diste ni esperanza fallida, ni trabajos injustos, ni pena inmerecida. Porque veo al final de mi rudo camino que yo fui el arquitecto de mi propio destino.
Amado Nervo
No se sabe bien para qué estamos en este mundo; pero esto si sabemos de cierto, que no estamos en él para disfrutar.
Arturo Graf
Es preferible que tus secretos únicamente los sepas tú. Si alguien más los sabe ejercerá poder sobre ti.
Blanca Miosi
La lengua es una razón humana que tiene sus razones y que el hombre no conoce.
Claude Lévi-Strauss
La religión no es sólo un sistema de ideas, es ante todo un sistema de fuerzas.
Émile Durkheim
Es una desgracia que el sentido de la responsabilidad se apague en el hombre.
Frédéric Bastiat
La caridad degrada a aquellos que la reciben.
George Sand
No desees que las cosas sean más fáciles desea ser tú mismo mejor.
Jim Rohn
Ella da en general muy buenos consejos, aunque muy rara vez lo sigue.
Lewis Carroll
La batalla más difícil la tengo todos los días conmigo mismo.
Napoleón Bonaparte
Desconfía de aquellos que poseen más respuestas que preguntas.
Rosa Montero
Nada es más real que nada.
Samuel Beckett
De cuanto se puede ver, hacer o pensar sobre la tierra, lo más prodigioso, lo más profundo, lo más grave es esto: vivir.
Wenceslao Fernández Flórez
La alegría es la salsa de las cenas.
William Shakespeare
La belleza de la ciudad era, ni más ni menos, la belleza de sus heridas.
Yukio Mishima