A la edad de seis, quería ser cocinero. A los siete quería ser Napoleón. Desde entonces mi ambición ha crecido sin cesar.
Salvador Dalí
A menudo los hechos amenazan la verdad.
Amos Oz
Un recuerdo es valioso solo para la persona que lo conserva.
Blanca Miosi
Y aunque Pinocho era un muchacho de natural muy alegre, se puso también triste; porque cuando la miseria es grande y verdadera, hasta los mismos niños la comprenden y la sienten.
Carlo Collodi
Todo hombre sabio ama a la esposa que ha elegido.
Homero
En medio del invierno aprendí por fin que había en mí un verano invencible.
Isabel Allende
Las mujeres son como la sopa: no hay que dejarlas enfriar.
Jean Anouilh
Todas las grandes ideas de reforma se condensan en apósteles y se petrifican en crímenes, según en su llameante curso prendan en almas de amor o en almas destructivas.
José Martí
Que siempre para un pesar, por ocupada que esté, sobra en el alma lugar.
Juan Pérez de Montalbán
Supongo que nos dan más morbo las cosas malas, las imágenes de violencia. Nos hacen sentir seguros en nuestras casas y cómodos en nuestras vidas, o nos hunden en la miseria y nos reafirman en nuestra creencia de que el mundo es una mierda.
Laura Gallego García
Las novelas salen al mundo, tienen su vida y andan solas.
Mercedes Valdivieso
No cabía duda de que era bueno que este mundo exterior existiese, aunque sólo le sirviera de lugar de refugio.
Patrick Süskind
Las emociones son como caballos salvajes. No son explicaciones que nos ayudan a seguir adelante sino nuestra voluntad de seguir adelante.
Paulo Coelho
La vida es cruel. Nacer, existir, desaparecer, siempre la cuestion de la muerte. Que sea la enfermedad, a consecuencia de un accidente o en la guerra no cambia nada. En cuanto a los que sufren por la guerra, pueden encontar un consuelo pensando que si se consiente su sacrificio es para asegurar el porvenir del pueblo del que forman parte.
Piedad Córdoba
Cualquiera que vaya al psiquiatra debería examinarse la cabeza.
Samuel Goldwyn
No es el sufrimiento en sí mismo el que hace madurar al hombre, es el hombre el que da sentido al sufrimiento.
Viktor Frankl